19 agosto, 2011

De cementerios y ángeles

Recorría el enésimo cementerio de España. Había pasado por Madrid, Vigo, Córdoba. Tenía la esperanza de encontrarla cuando comenzó su búsqueda. Ahora ya no se animaba a pensar siquiera que hubiera existido. De pronto se detuvo frente a una tumba con una lápida que nada le decía, pero igual sintió la imposición de quedarse allí. -¿Me buscabas?- Escuchó esa voz inconfundible a sus espaldas. –Sabés perfectamente que sí- contesto con seguridad. -¿Para qué? Ya es tarde- afirmó ella con fuerza de reproche. –Hace años que te busco- replicó él en tono de súplica. – ¡Qué sabes de años! No sabes de horas, minutos, no sabes de tiempo- le marcó sin dar expresión a su rostro. –Te amo, siempre fue y seguirá siendo así – musitó ya resignado. Sintió las manos de ella tomando ! las suyas. – Ven conmigo- dijo sin expresar palabra, solo con el brillo de sus ojos. Desplegó las alas para remontar vuelo llevándolo con ella.

Texto: Luis Héctor Gerbaldo

5 comentarios:

  1. La verdad es que se está poniendo de moda el turismo de cementerios. Hay verdaderas maravillas, ciertamente; pero ir al cementerio para buscar a la muerte, es como una redundancia innecesaria. Siempre llega en el sitio donde no hay nada, porque es nuestro hueco.
    Me gustó.

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  2. ¿alguien puede asegurar que los que nos parece el final , no es , sino, sólo un nuevo principio?.

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  3. catherine20/8/11, 1:32

    Me gustan los cementerios, me gustan los ángeles. Pero creo que el ángel de la muerte no se encuentra sólo en el cementerio, se encuentra en cualquier lugar y en el momento menos esperado.
    Pues quizá es lo que cuentas y que no entiendo bien, quizá es un nuevo principio, irse volando con el ángel.
    Pues, otra vez pues, enhorabuena al autor y al ángel.

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  4. La muerte que sigue rondando hasta que la encuentras.
    Creo que voy a dejar de ir a los cementerios, por si acaso.

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  5. Me dan miedo y mucha tristeza los cementerios. La muerte solo la contemplo como sueño eterno y descanso pero no quisiera pasarme la vida buscándola.

    No es fácil escribir sobre la persecución y el encuentro con el final. Enhorabuena. A.

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