21 enero, 2012
Calle abajo
Una noche de diciembre Elena terminó de recoger la vajilla, se puso el abrigo y en zapatillas bajó despacio las escaleras para tirar la basura al contenedor. Al pisar la acera echó a andar calle abajo con su bolsa de basura en la mano y anduvo y anduvo.
Su familia llenó la ciudad con la foto de su rostro ajado, que los meses, el sol y la lluvia terminaron por desvanecer. Pero Elena no volvió.
Texto e ilustración: Pilar Aguarón Ezpeleta
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Hermoso relato, Pilar. Con las palabras justas, despojado de todo accesorio, no se necesita nada más. Me gustó muchísimo.
ResponderEliminarUn abrazo!
Gracias Ana, se me olvidó ponerlo cuando lo subí, pero iba dedicado especialmente para ti, por aquello de la brevedad en las palabras. ;-)
ResponderEliminarBueno,la Ana a la que me refiero es la Joyanes, creo que tengo un lío de anas, así que lo dedico a todas las Anas que lo pudieran leer :-o
ResponderEliminarGRACIAS, Pilar!
ResponderEliminarEsta sí que soy yo, la Joyanes.
Qué magnífica sorpresa nada más abrir La Esfera!!!
Pues ahora no sé qué decir, me entra el ataque de timidez...
Ana, la primera, ha dado en el clavo. Me sumo a su comentario, y añadiría que esa economía potencia la imagen de soledad y, ¿por qué no?, de libertad.
Un abrazo grande
besotes
ResponderEliminarOtros prefieren ir a comprar tabaco, y hasta que dan con el estanco...
ResponderEliminar¿Por qué nos empeñamos en no mirar el gesto de quienes rodean, y luego nos sorprenden sus reacciones?
Bravo. Pilar A
Preciso, muy preciso ..sencillamente tomo su abrigo,y se marcho.,Nos deja imaginando que pasaria?..pero va más allá de tansolo se fué
ResponderEliminarMe gusto,que hace a uno marcharse calladamente..asi..
Saludos
Decisiones para siempre...¡quién sabe cuánto le costo! En pocas palabras, tantísimo:
ResponderEliminarBesos
Me encantó el relato, pero en todo el día, blogger no me ha permitido entrar a comentar. Está tan bien escrito, es tan real y tan duro...
ResponderEliminarBesos, querida.
Con esa actitud "sólida", la decisión inquebrantable, como la del suicida convencido o como el que está muerto y quiere comenzar a vivir. Un micro con todas sus letras ( ni una más, ni una menos). Buen texto.
ResponderEliminarGracias Isolda, Gracias Marcos, Gracias Virgi
ResponderEliminarMicrorrelato que lo dice todo en pocas lineas :felicidades
ResponderEliminarEl incluir la foto que se desvanece, ha sido una genialidad. Dota a este micro de ese efecto de que nada quedó de lo que algún día hubo. Enhorabuena, y por cierto, la ilustración genial.
ResponderEliminar:-) gracias Isabel y Miguel Angel, besos
ResponderEliminarMuy buenos, texto e ilustración.
ResponderEliminarUn saludo.
Aguarón en estado puro.
ResponderEliminarAnabel