Los miedos de la garganta, del atreverse y no verse,
Del silencio que te vence.
Fingir que no te imagino, la boca seca de correr tanto.
Correr y esquivar tu sombra, la del frío que calienta.
Cristalino blanco lloroso,
melodía que susurra lo que mis oídos esconden.
Presión negra que aletea, la de la soledad del reflejo,
la de verse dibujado con las palabras ajenas.
Olvidos tras portazos sordos, hilos de aire respiran.
Sostén que no agarra, grita
que te imagina agarrado,
silencio, quiero silencio.
Murciélagos negros rotos.
(Para MA)
Murciélagos negros rotos, rotos quedan en mi garganta. La intensidad acongoja, y el nudo de los versos te amarra hasta asfixiar y apagar la voz: silencio, solo silencio. Con el último aliento, tomado del último hilo de aire respirado, te digo que tu poema es intenso y grande, pero menos que tu corazón. Gracias.
ResponderEliminarPido disculpas a los poetas por el atrevimiento.
ResponderEliminarAnoche sentí los versos muy dentro.
Versos envolventes que sugieren una admofera perturbadora de emociones intensas, desgarradoras, que llegan muy dentro.
ResponderEliminarBrillante Inma. Enhorabuena.
Que recuerde éste es el primer poema tuyo que leo. Sin embargo, sí te he oído recital y cómo sentías cada palabra hasta hacerla tuya, como si no fuera tu voz, como si fuera tu alma.No nos engañes, esos versos sólo lo puede escribir alguien que haya leído mucha poesía y la sienta, que sepa de soledades y silencios. Magnífico.
ResponderEliminarOtra que se pasa al lado oscuro...
ResponderEliminarPoema intenso y sugerente.
Un abrazo grande
Las frías, negras y literarias noches laguneras dan mucho de sí, Inma. Buen caldo de cultivo hallan en tu inspiración las musas escondidas entre los muros de los conventos. Silencio, silencio... que se no enteren las devotas monjas que mueren porque no mueren.
ResponderEliminarUn abrazo.
¿Pides perdón? Querida Inma, es un poema vivido, sentido, fuerte y tuyo. Creo que también es el primero que te leo y me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBesos, con algo de color.
Poco a poco la fuerza del verso, la intensidad de las palabras como puños o como besos van llegando. Es cuestión de tiempo y de honestidad. Importa la sinceridad, la fuerza y la valentía, y aquí de eso hay a raudales, para regalar y que aún sobre.
ResponderEliminarGracias Inma, por pasarte a compartir, aunque sea brevemente, nuestras sombras, ya que Ana -también tú lo comprenderás un día habla del lado oscuro :))
Ahora más en serio, no importa mucho poesía, poema en prosa, prosa poética, narración, teatro, ensayo... Lo importante es la honestidad con la propia conciencia. Cada uno tenemos nuestro sitio, aunque -como en mi caso- sea un rinconcillo.
Bueno, bueno, bueno... quedamos la resistencia AnaJ. y un servidor. Que a buen seguro, tras creaciones como ésta nos contagiaremos.
ResponderEliminarGracias a todos.
ResponderEliminarTienes mucha razón Amando, ejemplo para todos los que queremos escribir. Hay que ser honestos con nuestro interior.