24 febrero, 2012
Dios aprieta pero no ahoga
Dios aprieta pero no ahoga", solía decir ella. Ella, que ahora yace sin vida ahí abajo... Una pala. Y recuerdo el día que la conocí; unos enormes ojos negros clavados en mí. "¿No vas a decirme nada?"... Otra pala. Y recuerdo la noche de bodas. "Pareces una gaviota y yo tu playa"... Otra pala. Y recuerdo el diagnóstico médico. "Pase lo que pase, voy a tener a nuestro hijo"... Tres palas, seguidas de otras palas, y todo mi mundo cubierto de tierra... Me alejo desolado del cementerio... Y me siento en un banco de la iglesia donde nos casamos. Quiero estar cerca de Dios, de su Dios. Le ruego que apriete para siempre, que me lleve con ella, que soy un ave derrotada, huérfana, sin amadas costas que sobrevolar. Pero Dios se niega a escucharme... Regreso a casa! . Y me asomo a la cuna, y el bebé me mira, y en su mirada creo adivinar otra mirada... Y la triste soga que oprimía mi garganta impidiéndome respirar comienza a aflojarse lentamente... "Cariño, Dios aprieta pero no ahoga."
Texto: Nuria Rubio González
Narración: La Voz Silenciosa
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Que precioso texto, lleno de emociones, de recuerdos, y si, es verdad que Diós aprieta pero no ahora, aunque a veces nos gustaría que apretase un poquito menos.
ResponderEliminarUn saludo,
Precioso relato, en una prosa poética, que me ha envuelto plácidamente..
ResponderEliminarSaludos
Coincido con Yashira y Aniagua, es un relato lleno de emoción y sentimiento. Y ritmo, paletada a paletada.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Ese "paletada a paletada" crea un ritmo, tal como comenta Ana, que es de lo más destacado del texto: efecto muy bien logrado. El mensaje final, de que siempre hay algo de luz detrás de las tinieblas, es una gran verdad. Hay que tener ojos para verla. Enhorabuena. Me ha gustado
ResponderEliminarMi agradecimiento a La Esfera Cultural -y, en especial a Dácil Martín- por la publicación del texto.
ResponderEliminarMil gracias a La Voz Silenciosa por sus palabras previas a la lectura del texto. Escuchar el relato en su voz ha sido un inesperado y maravilloso regalo.
Yashira, Aniagua, Ana J., Miguel Ángel, recibo vuestros comentarios con inmensa gratitud. Otro inesperado y magnífico regalo.
Saludos afectuosos para tod@s.
Nuria, gracias a ti, el mérito es sólo tuyo.
ResponderEliminarUn beso grande
Aunque ahogue cuando aprieta... Gran texto en su pequeña extensión, muy poético.
ResponderEliminarDácil, eres una persona estupenda, con un fondo bellísimo. Cuando -en según qué momentos de nuestra vida- alguien como tú se cruza en nuestro camino, es de agradecer.
ResponderEliminarUn beso de todo corazón.
Amando, muchísimas gracias por tu comentario. Un regalo más que sumar a los ya recibidos.
Un saludo afectuoso.
Un micro intenso, con esas palas de tierra que salpican de sentimiento todo el texto.
ResponderEliminarInma, tus palabras -al igual que las del resto de personas que han tenido la amabilidad de regalarme un comentario- embellecen sin duda alguna el texto.
ResponderEliminarSaludos afectuosos y mi agradecimiento.