28 marzo, 2012
Desde el punto de penalti
Avanzó lentamente. El estadio quedó en silencio. Miles de gargantas expectantes y dispuestas para el clamor. El balón en el punto de penalti. El portero en el centro del hueco de la portería, como un tótem con rodillas flexionadas y brazos extendidos –como en una cruz imaginaria- rematados por dos enormes guantes, que hacían creer a su dueño un inmenso gigante, de movimientos pesados, a cámara lenta. El delantero mira el balón, lo sitúa centrado en el círculo blanco y mira al portero. De la parte trasera de su camiseta saca un delgado rollo de papel. Un leve murmullo, breve como un parpadeo, acompaña los movimientos que las cámaras del estadio reproducen en sus inmensas pantallas; todo cuanto acontece, sin perder detalle, está siendo retransmitido al mundo. El jugador desenrolla lentame! nte el cilindro y extrae una rosa roja de largo tallo; del bolsillo de su pantalón extrae una cajita azul y acercándose lenta y sonrientemente al árbitro, se arrodilla ante él y le entrega la rosa, abre la caja y un primer plano en las pantallas muestra un hermoso anillo de compromiso, al mismo tiempo que se oye la voz sobrecogida del jugador:
- Marcelo ¿quieres casarte conmigo?
El árbitro, Marcelo, emocionado y sorprendido le dice que sí; le levanta del suelo, encaja el anillo en su dedo y le besa mientras los 21 jugadores restantes les rodean aplaundiendo y enjugando alguna que otra lagrima que se escapa de alguno de los fornidos futbolistas. El público ruge de júbilo mientras en las pantallas, en un zoom creciente puede leerse:
“Así se hace... ¡con un par de narices!”
Texto: Mariluz González Hidalgo
Narración: La Voz Silenciosa
Más relatos "Con un par de narices", aquí
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Todavía me estoy riendo. Me imagino un gran campeonato (miles de personas, cámaras en el campo) y esta situación.
ResponderEliminarGenial.
La vida en general necesita de miradas irónicas, y el fútbol en especial, demasiada trascendencia a lo que sólo debería ser un juego.
Y lo escribe alguien que le encanta este juego desde siempre.
Es muy bueno...
ResponderEliminarNada hace sospechar el final que ha redondeado esta forma de narrar a ritmo de "jugada". En este mundo futbolero a quienes nada hace sospechar de su "hombría"...
Felicidades a la autora.
Besicos
¡Gracias Amando y Cabopá! Si he logrado sacar una sonrisa, ya he ganado :)
ResponderEliminarabrazos para ambos :)
Buen micro, con suspense, ligero y con sorprendente final. Sí señor, ¡con un par de narices!
ResponderEliminarUn abrazo, Mariluz, y mucha suerte.
¡Gracias Mercedes! :)
ResponderEliminardos abrazos para ti
Un relato muy sorprendente, con esa declaración en directo, marcó el gol de su vida.
ResponderEliminarBesos.
¡¡Un señor golazo!! Gracias NochIta :)
ResponderEliminarbesos
Muy bueno, Mariluz.
ResponderEliminarMe encanta tu humor, lo sabes.
Un beso.
¡Gooooooool!
ResponderEliminarEs genial.
Felicidades Mary luz, me parece un fantástico relato, muy bien contado, con mucha gracia y mucho ingenio. Enhorabuena.
ResponderEliminar* Isa, a mí me gusta cómo escribes tú :)
ResponderEliminar* Thornton; es un honor :)
* Isabel, me alegra que te haya hecho gracia :)
mil gracias a los tres :)
Mi querida y admirada MariluzGH,
ResponderEliminarSi es que me sorprendes cada día más!
Me ha gustado muchísimo.
Eres la leche!
Un besito por dos!!!
jajaja gracias Bea :) me encanta verte por aquí también
ResponderEliminarbesos al cuadrado ;)
No es fácil hacer reír con un texto literario, más aún que haga soltar la carcajada. Felicidades.
ResponderEliminarMil gracias Dacil :)
ResponderEliminarun abrazo para ti
Divertido y original este par de narices.
ResponderEliminarBesitos
Gracias Elysa, me hace feliz que te guste :)
ResponderEliminardos besos