18 abril, 2012
Descanse en paz
Las cortinas se movieron sopladas por el aire de la madrugada. La silueta traslúcida de tenue brillo se coló entre ellas y recorrió la casa sigilosamente con la levedad de su condición; finalmente llegó al dormitorio. Allí estaba, boca arriba, desparramado sobre la cama con toda su obesidad, sumido en un profundo sueño del que daban buena fe los sonidos guturales que tantas noches le habían robado el sueño. En la que fue su mesilla de noche no había ni rastro de los barbitúricos que tomaba para poder dormir y de los que dio buena cuenta la noche que decidió no continuar con tal infierno. En la de él, un cenicero repleto de colillas que daban a la habitación ese repugnante olor que había padecido durante años y un vaso con restos de whisky. Se elevó sobre la cama y se agazapó sobre el pecho del roncador; aplicó su traslúcida boca en el pezón izquierdo e hizo en él una exhalación tan poderosa que todo el aliento helado que arrastraba desde el reino de las sombras le llegó al corazón. El que fue su tirano comenzó a amoratarse y abrió los ojos, arrebatados de terror igual que el resto de su rostro. Así lo dejó.Las cortinas volvieron a moverse levemente con el céfiro del alba . Por el paseo de los cipreses, entre mausoleos y lápidas, buscó su lugar mientras el crepúsculo comenzaba a dar color al cielo. Descanse en paz.
Texto: Román Martín Martín
Narración: La Voz Silenciosa
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No me gustan las novelas ni las películas de terror, solamente cuando tratan el mundo de los muertos y me dejan inquieta o con la carne de gallina, como así me ha sucedido con en este texto y con la aparición de un fantasma en el límite de lo creíble.
ResponderEliminarA primera hora de la mañana, me he sumergido en este relato. Me ha gustado mucho su lectura..
ResponderEliminarUn abrazo
Fantástico!
ResponderEliminarUn texto de verdadero terror sobrenatural (y no tan sobrenatural).
Muy bien llevado, muy bien rematado. Duro, implacable.
Solo, si me lo permites, esos "tenue brillo" y "céfiro" le dan un punto poético que rechina con la dureza del relato y del resto del lenguaje y te saca un tanto del contexto.
En cualquier caso, me parece muy bueno.
Me ha gustado, y por decir algo más, discrepo un poquito con Ana. Precisamente esas palabras, contrastan tanto que hacen que el lector se identifique con lo que la razón repudia, pues se refieren a la muerte.
ResponderEliminarPero es un simple detalle, sin mucha importancia.
Gracias a todos por sus comentarios. A Ana decirle que efectivamente tiene razón Amando; el tono poético es intencionado; quería rebajar la médula terrorífica de la historia; por otra parte siempre he pensado que los relatos "de miedo" no tienen porqué estar reñidos con la belleza de la poesía; recordemos a H. James en "Otra vuelta de tuerca" ó la extraordinaria versión cinematográfica que hizo Jack Clayton de esa novela ("The inocents", "Suspense" en España). Y por favor no piensen ni por asomo que estoy comparando este pequeño relato con esas dos obras de maestras.
ResponderEliminarGracias de nuevo.
Roman.