Una piedra en el camino no
es una metáfora de la vida, es la puta piedra que me partió en dos
la espalda y que me dejó paralítico.
Podría haberte pasado a
ti, pensé, respondiendo en silencio a ese interrogante perpetuo de
su cara desde que entré en casa con la silla de ruedas.
Las noches son duras,
calladas, sigo deseándola, nada ha cambiado. Quiero explicarle que
mi boca esconde la lengua que humedecía su sexo y que buscaba
ansiosa a horcajadas sobre mi pecho. Que puedo recorrerle con mi
aliento y erizar sus pezones si ella me los acerca.
Que mis piernas no
contagian al resto de mi cuerpo y que la piel que sigue caliente la
desea el doble. Mis ojos no están ciegos, ni mis oídos sordos, ni
mi mente hueca.
Tiembla cuando levanta mis
piernas y pide perdón si tropieza con ellas y se aparta con
cuidadoso disimulo. Cómo decirle que quiero que se acerque, perderme
en sus susurros, quedarme quieto en su cuerpo, demostrarle que la
quiero.
Apaga la luz, como todas
las noches, y se da media vuelta para no hacerme daño.
Texto: Inma Vinuesa
Narración: La Voz Silenciosa
Narración: La Voz Silenciosa
Texto para pensar, para empezar a darse cuenta que probablemente sea el deseo la parte fundamental de las relaciones en una pareja, y que un accidente no tiene por qué romperlo, como sí puede hacerlo con la espalda.
ResponderEliminarRelato para preguntarse, también, por qué a veces falla tanto la comunicación entre humanos. Por qué ella no pregunta si puede hacer algo, por qué él no se atreve a decir en voz alta lo que piensa.
Texto bellamente escrito, en el que el lector queda atrapado desde la primera frase.
Un placer leerte, Inma!!!!
ResponderEliminarTriste pero muy bien traído. Muchas veces la falta de deseo ya es una invalidez.
ResponderEliminarUn beso
A la tragedia de verse privado de la capacidad para andar y ser autónomo se le suma el cambio en la imagen que de él tienen quienes lo rodean. Deseos doblemente insatisfechos. La piedad no querida, que hiere.
ResponderEliminarUna historia muy bien escrita, dolorosamente certera. Esa frase final... ¡impresionante!
Me ha encantado tu relato. Tiene magia y bello sentimiento
ResponderEliminarun abrazo
Un relato triste, pero bello Inma, cuenta muy bien como la falta de comunicación es el enemigo mayor de las pareja en cualquier circunstancia.¡Como los uniría, si ella escuchara de sus labios todo lo que el piensa!
ResponderEliminarEse final lo dice todo.
Un abrazo
Gracias, es importante este texto para mi porque refleja circunstancias que por mi profesión son más habituales de lo que quisiera, pero me encanta la reflexión de Amando, de Ana y de Isabel, porque todas están incluidas en estas líneas y eso es señal que he conseguido transmitir la verdadera intención de la historia.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por vuestras palabras.
Inma, bonito texto, es tanto lo que dices, que eclipsa la forma en la que lo has hecho. Creo que se puede amar con los ojos, con la mente, con la piel, con la risa. Que el amor puede con todo, que el cuerpo no es mas que un apéndice del corazón.
ResponderEliminarBello texto, bellas palabras, sordas, calladas, como el silencio de esa cama, converida en un abismo de incomunicación.
Un abrazo.
Magnífico Inma. Me ha encantado. El sexo está para disfrutarlo, sean cuales sean las circunstancias. Nada hay más hermoso que el contacto físico de dos seres que se desean.
ResponderEliminarBesos siempre, querida.