Pero también puede ser culpable de otras muchas cosas como:
- Fobia a los bestsellers
- Envidia de otros autores
- Reactivar la literatura erótica
- Maltratar la literatura...
Se abre el debate. ¿Qué opinas?
Erika Leonard James (E.L. James),
es la autora de la trilogía
Cincuenta sombras de Grey.
Cincuenta sombras de Grey.
Un éxito arrollador de ventas,
para la autora que vive en Londres
y que siempre soñó con escribir historias
que cautivaran a los lectores.
A muchos es cierto que tiene presos.
Yo esperaré a que otros le encuentren las culpas. Hoy por hoy, no me apetece nada leerla. Puede que sean prejuicios.
ResponderEliminarMe gusta la literatura erótica, pero que sea buena. Así que tendré que leerla para echar entonces las culpas.
ResponderEliminarA casa llegó el libro como por obra del Espíritu Santo. Y cada vez que lo miro sobre la mesa donde se encuentra, lo rehuyo.
ResponderEliminarCoincido con Ana, tengo mis prejuicios. Aunque lo abrí y leí al azar dos páginas y lo cerré.
¿Necesitará una oportunidad mayor?
He oído hablar de este fenómeno editorial; no lo he leído.
ResponderEliminarEso de las clasificaciones en literatura no es mi estilo. Normalmente se establecen para situar en esos cajones, más o menos ordenadas, las peores obras.
No deja de ser 'curioso' que un fenómeno así, nazca en la oficialmente puritana Inglaterra.
Estaría por apostar que uno de los ingredientes más abundantes de la salsa que has propuesto, es el segundo: "envidia de otros autores". Pero creo que te falta el más importante, el básico: "operación de marketing perfectamente orquestada".
En mi caso la fobia a los bestsellers es grande. Pero antes de decir que maltrata a la literatura, habrá que leerlo. El problema es que no me atrae lo más mínimo.
Estoy con amando, mis prejuicios y la gigantesca lista de espera que me grita desde los estantes me impide dedicarle el tiempo que debería para poder criticarla a gusto y con criterio. Así que la criticaré a gusto y sin criterio, que me da lo mismo.
ResponderEliminarEstoy con amando, mis prejuicios y la gigantesca lista de espera que me grita desde los estantes me impide dedicarle el tiempo que debería para poder criticarla a gusto y con criterio. Así que la criticaré a gusto y sin criterio, que me da lo mismo.
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