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y contaminan- en el mejor sentido- de forma dialéctica. Esas posibles interferencias las resolvía bien Gutiérrez Aragón en la primera novela, y no parecen el lastre principal de “Gloria Mía”, si acaso una excesiva descompensación entre los dos ejes espaciales y
temporales que en ella confluyen y la poca verosimilitud de algunos diálogos y situaciones: “Gloria mía” cuenta la historia de un hombre, José Centella, que sufre un absurdo accidente en Madrid, tratando de alcanzar unas gallinas que se encuentran detrás de una cerca. En esa ciudad vacía por las vacaciones Centella conoce a un hombre que le ayuda a solucionar la situación y comienza a relatarle su vida, en la que viaja desde un pequeño pueblo de Alicante al medio de la selva colombiana, en la que pasa a formar parte de la guerrilla y termina por volver a España para trabajar nada menos que como cobrador de morosos y alto ejecutivo de un grupo de comunicación. La novela pretende entre otras cosas ajustar cuentas con los sueños idealistas del pasado, con cualquier visión bucólica de los procesos revolucionarios sudamericanos sin dejar de criticar la vaciedad de la vida occidental, pero en mi opinión el encaje entre los dos escenarios y periodos de la vida de Centella no acaba de cuajar y algunos párrafos, por ejemplo la descripción de la vida en medio de la selva, las relaciones entre los guerrilleros, sus jefes y los habitantes de los pueblos por los que se desplazan, me ha parecido tan bien documentada como reiterativa, mientras que el humor de las situaciones, quizás uno de los rasgos más destacados de “Gloria mía”, apenas alcanza a mitigar el tono medio de una narración que no acaba de atraparnos y se queda en una divagación tan bien intencionada como previsible sobre los peligros del fanatismo, la inutilidad del impulso revolucionario o la manera en que aquellos que se sienten llamados a transformar el mundo terminan por reproducir los defectos que critican.
Crítica: Tomás Rubial
Tomás, tras tu crítica, la portada del libro, el argumento de la novela y alguna cosa más... éste será un libro que no leeré. Aunque también está aquello que dice "de esta agua no beberé" y un día te mueres de sed.
ResponderEliminarSe te echaba de menos por aquí Tomás.
ResponderEliminarGracias por esa crítica nada complaciente.
Saludos