A pesar de todo, cada noche acudía a aquel claro del bosque donde los efluvios de la naturaleza devolvían al aire la autenticidad y el ambiente era nuevamente respirable.
La mirada, clavada en el cielo para no perder ni un solo destello de aquellas discretas y diminutas estrellas que, con luz propia, conseguían mostrar toda su belleza. Tres eran sus preferidas: Sencillez, Humildad y Sinceridad. Así las llamaba. Cada noche las buscaba porque no quería perderlas. Ellas eran auténticas y debía esforzarse por conservarlas.
Texto: Pilar Pastor
Narración: La Voz Silenciosa
Un bello cuento, de esos que gustan escuchar de vez en cuando, por aquello de conservar lo bueno.
ResponderEliminarAbrazos
Bella metáfora de luminosos estrellatos, como la vida misma.
ResponderEliminarEso de cada noche irse a la cama contemplando nuestras estrellas, a buen seguro hace que al día siguiente nuestras vidas brillen, como ellas, aunque cueste encontrarlas en un mar de otras que luchen por despistarnos de las nuestras. Buena metáfora de la guía de nuestras vidas. Enhorabuena.
ResponderEliminarPues sí que era un trabajo arduo este.
ResponderEliminarCuán difícil hallarlas en estos cielos de hoy...
Saludos
Texto algo manido. Demasiado simplón a mi juicio. Es como recontar lo contado mil veces. Bonito, pero poco o nada original.
ResponderEliminarConviene de vez en cuando recordar que existen ciertos valores, caídos en el olvido, que embellecen a las personas haciéndolas grandes.
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios.
Y muchísimas gracias también al equipo de la Esfera Cultural por la publicación. Aprovecho la ocasión para felicitaros por vuestra labor.
Un cordial saludo.
Pilar
Muchísimas gracias, de nuevo, por la publicación y por el audio.
ResponderEliminarMe ha hecho mucha ilusión escuchar mi relato tan bien declamado por La Voz Silenciosa.
Éste es un aliciente más para seguir escribiendo y enviando relatos. Es un honor girar con La Esfera en vuestra compañía.
Mi enhorabuena a todo el Equipo, especialmente a Miguel Ángel por sus palabras y por su voz.
Saludos cordiales.
Pilar