Es incierto que todo mude de vientos,
y se retenga a la sazón.
Turnan, los senderos flanqueados por
abedules.
Cambia tu transitar sobre el ramaje.
No cambian los arces elegantes de grana,
sobre el fondo del torrente.
La paleta otoñal es una pasión inexpresable.
Tienes que bullirla, abrigarla y tocarla.
Los pajizos y los áureos de los abedules,
hayas y álamos...
Los cárdenos y los sepias de los nogales,
trenzándose, pintan un óleo sorprendente.
De paisajista enigmático
Pisa la senda, apreciando el canto de los
colibríes nostálgicos.
Observa desgajarse a las hojas, mariposeando
en los ralos del bosque...
Entregándose, dócilmente, en su manto tupido,
en el bermejo ensombrecer.
No es cierto.
El otoño es un parque de desmentidos aturdidos.
De espectáculo y eufonía sorda que bate sus días.
Texto: Canet
El otoño, quizás la estación más literaria. La de color más sugerente.
ResponderEliminar"Posiblemente la estación más bella del mundo"
Enhorabuena por tu texto.
Poéticamente maravilloso!!
ResponderEliminarMe encantó
Abrazos
Muchas Gracias, de todo corazón.
ResponderEliminarLos dos últimos versos,me parecen otoñalmente preciosos.
ResponderEliminarBesos.
Felicidades Canet. Todo un regalo en esta tarde de otoño. Aplausos y un cordial saludo.
ResponderEliminarMuy bello, muy bien escrito.
ResponderEliminarDan ganas de pasear en estos versos, y dejarse llenar por esta paleta y esos aromas que se presienten.
ResponderEliminarMe da envidia por no poder pisar ese espectáculo de otoño, de abedules y hayas... Al menos presentirlo, sí, se siente. Es un disfrute.
ResponderEliminarPara mí también el otoño es una bella estación, inapreciada porque sigue a las vacaciones o al explosivo verano. Pero el otoño es una estación de promesas, de nuevos proyectos, la vuelta al trabajo, a los estudios, a lo cotidiano, a lo de siempre renovado. Sí, me encantan los colores otoñales tan bellamente ilustrados en tus versos, Canet.
ResponderEliminarEstación que ha servido a muchos poetas de inspiración.
ResponderEliminar