Libro: Sukkwan island Aut: David Vann Ediciones Alfabia ISBN: 8493794325 PVP: 18,00 € (también disponible en edición de bolsillo a 7,95€) |
Simplemente no había entendido nada a tiempo.
Sukkwan Island es una novela que me ha marcado. Intentando encontrar un por qué me he puesto a investigar. David Vann trae del pasado una experiencia personal tremendamente cruda como es la muerte de su padre cuando él tenía trece años, y la viste de capas (como diría Vargas Llosa, como un streeptease al revés) para construirnos un relato desgarrador que profundiza en las mismas raíces de la culpa y el miedo.
El autor, ganador con esta novela del premio Médicis Francés a la mejor novela extranjera en 2010, crea un mundo que se engulle a los dos
personajes, a Jim, el padre que llega a una encrucijada tras una vida donde las infidelidades y su vida inmadura e irresponsable le han llevado a estar sentimentalmente vacío y Roy hijo de su primer matrimonio, que no reconoce ya a su padre pero al que quiere aunque no sepa muy bien cómo demostrárselo. Jim propone a Roy que le acompañe a un viaje durante unos meses, en los que los dos vivirán como colonos en una isla desierta y hostil llamada Sukkwan donde Jim ha empeñado parte de sus ahorros para comprar una cabaña con la intención empezar de nuevo. Pronto se dan cuenta de que además de un mal organizado equipaje, se han llevado las heridas del pasado, y que éstas no se curan huyendo hacia delante, sino que esos estigmas supuran, los llevamos encima y que hay que abordarlos desde la valentía para poderlos curar, y Jim carece del valor necesario.
David Vann. |
Es el libro más crudo que he leído, sin duda. Mucho habrá tenido que ver que David Vann nació en Alaska, en una localidad (Adak) que no tiene más de doscientos habitantes. Que Ketchikan, el pueblo donde pasó su primera infancia y que aparece también en la novela, tiene apenas 8000 habitantes, y que Sukkwan Island es un mundo no tan imaginario. Recoge algo que debió vivir y no vivió. Pero no voy a seguir contándolo. Lean. Lean y verán.
Magnífica reseña, Miguel.
ResponderEliminarTengo que leerlo ¡ya!
Ya te digo, Miguel, que me voy a leerlo.
ResponderEliminarTal como lo has descrito, me resulta muy atractivo Miguel Angel; así que lo pondré en mi listita a Papá Noel y a esperar. Ya que los Reyes Magos, que según Benedicto XVI, ahora resulta que son Españoles, andaluces para ser mas exactos, tienen cosas mas urgentes que atender.
ResponderEliminarQue no está el patio andaluz por muy patrimonio de la Unesco que sea, para regalos Universales.
Un saludito
Gran libro Miguel, de los que se te quedan grabado por mucho, mucho tiempo.
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