Girar el timón y cambiar de rumbo,
acercarse al espejo, traspasar,
y que no haya más perdigones en el pecho,
que no se claven carámbanos.
Girar el timón y cambiar de rumbo,
llegar a otra colina y que brille más ese ocre luminoso,
o, ese mar de nubes con la bruma de un atardecer.
Girar el timón para cambiar el rumbo,
y doblar la esquina, escapar, huir…
ser valiente o cobarde, llanto, llorar, llanto…
Texto: María Estévez
Hermoso texto, Maria Estévez.
ResponderEliminarGirar el timón, fijar rumbo y avanzar con la mirada en el infinito y la fuerza en los brazos y en el corazón para remar a ritmo de latidos fuertes, intensos....
Felicidades, tú que tienes la suerte, y por supuesto el mérito, de que te publiquen en la Esfera Cultural.
Besos.
Gracias por tu extenso comentario...
ResponderEliminarBesos.
María Estévez
A veces hay que dar un volantazo (o un giro de timón) para poder seguir adelante.
ResponderEliminarCierto Ana
ResponderEliminarAbrazo.
María Estévez.