01 julio, 2013

Un buen día


La primera vez había tomado una cantidad ingente de píldoras, por suerte o desgracia todo se había arreglado con un lavado de estómago y unas cuantas sesiones de terapia sicológica. Fortuitamente unos meses después recibió un duro golpe en la cabeza a causa de un pisapapeles que rodó desde la estantería; hubo que coserle un pliegue del cuero cabelludo. Un buen día decidió volar desde la quinta planta con el convencimiento de dejar los sesos repartidos por la acera; pero los vecinos acudieron a tiempo y unos minutos después se encontraba en el quirófano rodeada de buenas manos luchando por su vida. Decidió bajar al desván y recuperar a Caperucita Roja. Abrió las tapas del libro, las fauces del lobo devoraron su cuerpo. Unos meses después alguien se deshizo de los viejos libros polvorientos.

Texto: María Estévez

Narración: La Voz Silenciosa

10 comentarios:

  1. A ver si entre bomberos nos pisamos la manguera: resulta que van a ser más peligrosos los libros que otra cosa...
    Me ha gustado mucho.

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  2. Jeje.. podría ser...
    Abrazos,

    María Estévez.

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  3. Tendré mucho cuidado en abrir nuevamente un libro infantil... muy buen texto

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  4. Querido amigo: los libros que yo escribo están llenos de polvo. Nadie los lee. Pero me da pereza eso de tirarme por el balcón. A lo mejor los tiro a ellos primero. Un abrazo..

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  5. Me ha encantado, María.
    Un abrazo y mi enhorabuena por tan original relato.
    Nuria R.

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  6. Diego, Fernando: Gracias por sus comentarios.

    María Estévez.

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  7. Me alegra que te haya gustado, Nuria
    Un abrazo.

    María Estévez

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  8. Me ha encantado este cuento sobre el destino, amargo y original. El libre albedrío, que no lo es tanto.
    Y la interpretación de la Voz, magistral.
    Por cierto, que hace años conocí en primera persona un caso muy similar de suicidio imposible, quirófano incluido. Solo faltó el lobo. Pobre.

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  9. Gracias Ana,
    Un abrazo

    María Estévez

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