20 octubre, 2013
Calma
Aquellas vacaciones nos decidimos por un lugar tranquilo, junto al mar y a dos pasos de la montaña, en el mismo pueblo donde nacimos.
Una casa, pequeña y destartalada, pero en una parcela cuajada de árboles. La arreglaríamos a nuestro modo. Un trabajo sencillo, pero digno.
Desde entonces, visitamos con frecuencia a los amigos de toda la vida. Es el momento oportuno. Disponemos de tiempo para disfrutar de largos paseos. Les llevamos hermosos ramos que recogemos todos los días de aquí y de allá.
El paro terminó con los ahorros de los dos. No podíamos rechazar esta oportunidad. Instalados en el propio camposanto, sin salir de la parcela. La rutina nos encanta.
Texto: Isolda Wagner
Narración: La Voz Silenciosa
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ResponderEliminarUnas vacaciones obligadas, pero no por eso menos deseadas. Después de leer este micro, no puedo más que decir lo que siempre digo, ¡cuánto más se puede decir con menos!
Muy bueno tu trabajo, Isolda, me gustó mucho.
Cariños, Mariángeles
Terrible y real, Isolda.
ResponderEliminarImpresionante. Me ha gustado mucho.
Un beso.
Excelente!
ResponderEliminarMe ha parecido buenísimo, Isolda.
ResponderEliminarUn beso enorme
¡Maravilloso!
ResponderEliminarUn abrazo :)
Muy bueno, Isolda...y como huele a actual, a real. Un abrazo.
ResponderEliminarJusto eso pretendía, que fuera dolorosamente real.
ResponderEliminarOs agradezco muchísimo vuestro apoyo, siempre.
Besos, a pesar de yodo, con esperanza.
¡Qué tendrá que ver el yodo con las témporas! Todo, dije, todo. Besos.
ResponderEliminarMuy bueno.
ResponderEliminarLa ventaja es disfrutar de unos vecinos encantadoramente silenciosos. Una genial idea.
ResponderEliminarMe ha gustado ese final.
Un abrazo
ResponderEliminarTremendamente bueno, Isolda. Felicidades. Que extraordinaria manera de sobrecogernos y sorprendernos con la realidad de ese final.
Un gustazo leerte.
Besos.
uau! Isolda, qué bueno! qué duro!
ResponderEliminarImpresionante Isolda. Qué sintesis, has conseguido en este relato corto poner toda la intensidad a un solo párrafo. Un digno ejemplo de buena escritura.
ResponderEliminarEn la brevedad, impresiona, emociona y sobrecoge, querida Isolda.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte desd el sur del sur
Maffi
Maffi, Inma, Nines, Inma, Anna y Maia, sois un encanto. Sin prisa, encantada de saludarte.
ResponderEliminarMuchas gracias. Besos, siempre queridas.
Hola, Isolda.
ResponderEliminarTremendo micro; me has dejado sobrecogida por lo real.
Enhorabuena.
Un abrazo.
Me ha gustado mucho, Isolda. Es un texto literario y exquisito.
ResponderEliminarUn abrazo grande,
Reír o sonreír en vez de llorar, humor negro. Enhorabuena y besos, Isolda.
ResponderEliminarTowanda, Dácil y Catherine. Gracias y besos, que no falten.
ResponderEliminarJoder, qué suerte. Y encima, cuando palméis, no os va a costar nada el coche fúnebre.
ResponderEliminarUn placer, leerte, te prodigas tan poco...Abrazos, siempre.
Verdad que sí, Amando? Vacaciones aseguradas. Ya sabes me gusta leer a los amigos, eso sí es un placer.
ResponderEliminarBesos, siempre.
Cuántas veces la realidad supera la ficción...Excelente microrelato !!!
ResponderEliminarBesos para la autora.
Pepe Gonce
Besos para ti, amigo. Gracias.
ResponderEliminarIsolda, felicidades por el micro y por el premio. Saludos Calamanda
ResponderEliminarMuchas gracias, Calamanda.
ResponderEliminarUn beso fuerte.
Querida amiga, me ha encantado que tu micro haya quedado seleccionado entre los finalistas de esta convocatoria.
ResponderEliminarTu texto, que como se ve, ha gustado muchísimo se asoma a las realidades más hondas del ser humano, y también a esta realidad tan compleja (y esperemos que pasajera) en la que se mueve nuestro país.
Enhorabuena
Hola, Isolda, una vez más.
ResponderEliminarMe alegro muchísimo de tu buena posición en esta convocatoria. Eres una crack, por tanto, enhorabuena.
Besotes.
Gracias Amando por tus palabras; esperemos que mejore esta horrible realidad. Towanda, eres muy amable, pero exageras! Un beso muy fuerte, queridos míos.
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