Muchos escritores se ponen a trabajar en los sitios más insospechados, o en las circunstancias más curiosas, buscan con ello el mejor ambiente para escribir, el mejor ambiente a su juicio, claro está.
A todos los escritores les inspira ambientes diferentes. |
¿Cómo es tu ambiente de trabajo?, ¿en qué ambiente nacen y crecen tus historias?, ¿de qué te rodeas cuando trabajas?, ¿dónde te encuentras con las letras?, ¿en qué lugar te ganas la inspiración con el sudor de tu frente?
Tanto da cómo se pregunte, el escritor sabe a qué me refiero: ese lugar que nos hace sentirnos a gusto, cómodos para escribir, se diría que hasta especiales por unos instantes.
Para la escritora Mercedes Pinto, la cocina es el mejor ambiente para escribir: “Mis libretas huelen a fritanga. Escribo en la cocina, entre gente que va y viene a tomar algo o a charlar alrededor de la mesa, que vale tanto como oficina, que como encuentro para los comensales.”
Para Gabo, el mejor ambiente para escribir era una habitación con una temperatura determinada
y se hacía acompañar de una flor amarilla en la mesa, de lo contrario no se sentaba a escribir.
Para Henry Miller, el mejor ambiente para escribir era el más incómodo que encontrara, lo que le suponía un estímulo esencial, algo que no se deduciría de la lectura de, por ejemplo, Sexus, a través de cuyas líneas uno se le imagina de lo más relajado.
A Isabel Allende, una vela le proporciona el mejor ambiente para escribir, y de paso le supone la medida exacta del tiempo que le dedica a la tarea.
Otros escritores encontraron su mejor ambiente para escribir en cafés atestados de gente más o menos vociferante. Tal vez eligieran estos lugares con el objetivo de poder pensar en alto de manera que no fueran tomados por locos.
Para mí, el mejor ambiente para escribir es el silencio de la noche, donde mis personajes salen a mi escenario sin miedo, sin competencia, mostrando su mejor cara, declamando sus mejores frases, exponiendo sus mejores dudas y preocupaciones.
Tanto da cómo se pregunte, el escritor sabe a qué me refiero: ese lugar que nos hace sentirnos a gusto, cómodos para escribir, se diría que hasta especiales por unos instantes.
Para la escritora Mercedes Pinto, la cocina es el mejor ambiente para escribir: “Mis libretas huelen a fritanga. Escribo en la cocina, entre gente que va y viene a tomar algo o a charlar alrededor de la mesa, que vale tanto como oficina, que como encuentro para los comensales.”
Para Gabo, el mejor ambiente para escribir era una habitación con una temperatura determinada
y se hacía acompañar de una flor amarilla en la mesa, de lo contrario no se sentaba a escribir.
Para Henry Miller, el mejor ambiente para escribir era el más incómodo que encontrara, lo que le suponía un estímulo esencial, algo que no se deduciría de la lectura de, por ejemplo, Sexus, a través de cuyas líneas uno se le imagina de lo más relajado.
A Isabel Allende, una vela le proporciona el mejor ambiente para escribir, y de paso le supone la medida exacta del tiempo que le dedica a la tarea.
Otros escritores encontraron su mejor ambiente para escribir en cafés atestados de gente más o menos vociferante. Tal vez eligieran estos lugares con el objetivo de poder pensar en alto de manera que no fueran tomados por locos.
Para mí, el mejor ambiente para escribir es el silencio de la noche, donde mis personajes salen a mi escenario sin miedo, sin competencia, mostrando su mejor cara, declamando sus mejores frases, exponiendo sus mejores dudas y preocupaciones.
¿Cuál es el mejor ambiente para escribir?
Artículo: Victor J. Sanz
¿Cuál es el mejor ambiente para escribir?
Artículo: Victor J. Sanz
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