Cuando nos llegó a La Esfera el último trabajo (libro-disco) de Andrés Molina lo primero que pensé fue “así se combate a los piratas”. Tenía en mis manos un trabajo de edición superior, un libro de maquetación perfecta, en tapa dura que contiene un CD musical con una veintena de temas, un DVD con la grabación del espectáculo, una colección de fotografías muy sugerentes y una colección de sonetos de Vicente Huidobro, Becquer, Miguel Hernández, Pablo Neruda... mucho que asimilar. Un trabajo que no vale tenerlo en digital, necesitas poseerlo.
Andrés Molina en un primer plano, junto al poeta Pedro Flores, en el Bar el Bote en Las Palmas de Gran Canaria |
Un trabajo musical al que te puedes
acercar aunque la poesía te produzca urticaria. Suena actual,
desgarradamente mundano, directo en vena, no te lleva por los típicos
artificios literarios de la poesía de los que al final no entiendes nada. Contiene sonetos "malditos", donde la belleza es detestable y también se rompe, donde el
amor sangra y donde los poetas son dementes y perdedores.
El “simple” título de cada canción
ya muestra intensiones, no son mediocres ni puestos al azar: “Nunca
te escribiré algo tan hermoso”, “Este idiota a la sombra de un
soneto”, “Mi corazón añora tus rechazos”, “No moriré en
Paris con aguacero”, “Un día dejarás de ser hermosa”,
“Maldigo a tu mamá que te hizo hermosa”... sin duda caminan por
la senda de los perdedores.
“El hombre que bebió con Dylan Thomas” de Andrés Molina, editado por El Ángel Caído Ediciones. |
- Puedes escuchar el espectáculo al completo aquí.
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