La lista de emoticones es casi infinita. Podemos expresar con ellos muchas cosas. |
¿Quién no ha contestado un Wasap o
concluido un correo con un emoticono de una sonrisa? Cuanto trabajo
nos ahorra, lleva tanto implícito, resume nuestro estado de ánimo
de forma tan sencilla. Es simple e inmediato. Podemos estar tratando
cualquier tema espinoso y con añadir un simple emoticono sonriente
la cosa parece que se destensa.
Si queremos felicitar a alguien ponemos
las "manos aplaudiendo" y nos evita un montón de trabajo. O para expresar
nuestro enfado colocamos esa cara roja malhumorada. Y lo mejor de
todo es que son mensajes estandarizados que todo el mundo entiende.
No se presta a la mala interpretación de una lectura, o a la mala
redacción o comunicación de los sentimientos o mensaje del emisor. Hasta los más antipáticos podemos parecer simpáticos, cercanos, de buen "rollito". Todo empleado con mesura, pues de lo contrario puedes parecer hasta tonto.
Los emoticonos son como la comida
enlatada. Como las conservas. Nos sacan de muchos apuros y si las combinamos bien podemos hacer una gran plato. Aunque hay que saber
buscar el momento para utilizarlos. No me imagino una velada
romántica abriendo unas latas de sardinas... ¿O sí? Igual hasta
están buenas. (Aquí debería ir una carita de asombro o de
sarcasmo).
Artículo: Francisco Concepción
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