Detective= lector
Caso= libro.
Apareció en un banco del parque. Lo
tomé en mis manos y leí el título “Usted es una fresca,
Brigitte”. Su autor era Keith Luger. Se encontraba en un relativo
buen estado. Abrí sus páginas y me fui de inmediato a los créditos:
una edición de abril de 1968. El caso podría ser interesante.
Cuanto menos curioso.
Sin duda la fecha de edición fue
determinante para que aceptase llevar el caso. Si hubiese sido solo
por el título lo hubiese desestimado a la primera. Así que me lo
llevé a casa sin mucho interés, con la intención de seguir
investigándolo. Pero permaneció semanas olvidado sobre la cómoda
de cosas pendientes. Y existen allí muchas cosas pendientes, que
periódicamente, cuando mi mujer se harta, pasan definitivamente al
olvido, al cubo de la basura, dándose por caso cerrado.
Pero un día en un apretón de estómago
y en la carrera hasta el water pasé por delante de la cómoda y lo
tomé de la mano. “Usted es una fresca, Brigitte” me acompañó.
Leí el primer capítulo, unas escasas once páginas. ¡Me
engancharon¡ Eran tan simplonas y tan cliché del género negro que
definitivamente acepté y me comprometí a ponerme con el caso. Había
que determinar quien era Keith Luger, que era de su vida, sobre la
Editorial Bruguera y que escondían aquellas páginas “negras”,
aunque fuesen de ocre ajado y manoseado. El caso me produjo un
extraño interés.
Mi sorpresa creció cuando descubro que
Keith Luger era un simple seudónimo. Atrás estaba Miguel Oliveros Tovar, un escritor español que escribió más de 500 novelas cortas.
Repito, más de 500 novelas cortas y entre sus escritos predominan
muchas novelas de género policial.
¿Cómo se pueden escribir 500 novelas
y ser un desconocido?
Había que investigar y dignificar el trabajo
de Keith Luger, perdón, quiero decir el de Miguel Oliveros Tovar. Y
empiezo en serio con la investigación como un verdadero sabueso de
género negro con gabardina y con aliento alcohólico y descubro que
Miguel Oliveros no solo escribió novelas, sino que su nombre figura
como guionista de varias películas. La primera de ella titulada
Chinos y Minifaldas de 1967 (dirigida por Ramón Comas). Pero empiezo a
sospechar que lo de los títulos y este señor no era una pasión.
¿Soy Keith Luger? |
Miguel Oliveros Tovar nació en A
Coruña el 17 de marzo de 1924 y muere el 7 de julio de 1985, en
Valencia, según consta en la red. Sigo investigando y analizando los
datos y llego a la conclusión de que murió a los 61 años. Joven. Una complicada deducción. Pero en la red hay que tomar todo con pinzas,
de lo contrario te puedes quemar. Lo digo porque si intentas buscar
su foto aparece la cara de un señor de bigote cano, a medio sonreír,
algo narigón, de frente pero que muy despejada y camisa negra... Todo muy normal hasta que lees el alegato que hace el señor de la
foto en cuestión: Francisco García Pérez, harto de que le
etiqueten como Keith Luger, ante el asombro de sus amigos cada vez
que le buscan en internet y descubren que su amigo Paco ha
escrito más de 500 novelas. ¡Que calladito se lo tenía! es lo que suelen exclamar sus amigos y con razón.
El pobre Miguel Oliverios no tiene ni la suerte de que en la red figure su verdadera fotografía.
El pobre Miguel Oliverios no tiene ni la suerte de que en la red figure su verdadera fotografía.
Me sirvo otros dos whiskys, me pongo mi
gabardina y continuo la investigación. Y camino hasta la Editorial Bruguera, donde Miguel Oliveros Tovar (Alias Keith Luger) firmó casi
todos sus títulos. Surgida en octubre de 1910 en Barcelona, Bruguera
se dedicó sobre todo a la producción de literatura clásica,
popular e historietas; fue creada por Joan Bruguera Teixidó bajo la
marca de El Gato Negro y fue relanzada en 1940 bajo el sello de
Editorial Bruguera que tenía tentáculos y sedes en Argentina,
Brasil, Colombia, Lisboa, México, Portugal y Venezuela. Se disolvió
en 1986 y se intentó relanzar en 2006. Actualmente solo queda Bruguera Mexicana que se estableció en México, editando y
produciendo títulos que se comercializan en el país, Hispano
América y los Estados Unidos de América...
Pero me estoy desviando un poco del
caso. Enciendo un pitillo y vuelvo a Keith Luger y el por qué de su
anonimato tras semejante número de obras editadas. Según me cuentan
mis confidentes, las publicaciones de Bruguera no eran de gran
calidad material, si se comparan por ejemplo con los álbumes
editados por esos mismos años en otros países. Les cabe sin embargo
el mérito de haber divulgado la literatura popular entre los
sectores más desfavorecidos de la sociedad española, siendo escasa
la retribución que daba a sus dibujantes, guionistas y escritores,
desfavorecidos además por contratos humillantes y leoninos que
usurpaban la propiedad intelectual de sus creaciones e imponían
frenéticos ritmos de trabajo en menosprecio de la calidad general
resultante, de forma que era norma habitual que entre la editorial y
sus trabajadores hubiese pleitos costosos e interminables. Aunque en
los años sesenta fuese premiada por el Ministerio de Trabajo, en
1936 un comité obrero intervino la empresa, aunque ello no detuvo
la producción.
“Usted es una fresca, Brigitte” se
editó dentro de la Colección “Servicio Secreto” que aparecía
en los quioscos todas las semanas, con lo cual deduzco que nuestro
amigo Keith Luger se las tenía que pasar canutas para escribir una
novela cada semana, aunque fuese solo unas 100 páginas. ¡Había que
producir! Hay que recordar que entre los años treinta y los sesenta,
la novela popular se erigió en el exponente principal de la cultura
del ocio en España. Fue también la época en que alcanzó su máximo
nivel literario y artístico, con escritores e ilustradores de muy
apreciable calidad. En muchos sentidos puede afirmarse que la novela
popular en España fue equiparable, e incluso superior, a la de otros
países occidentales, incluidos los mitificados "pulps"
norteamericanos. Injustamente despreciada como infraliteratura,
propia de lectores semianalfabetos, ha sido objeto de escasísima
atención por parte de la crítica literaria culta.
Pero... ¿Por qué Miguel Oliveros
Tovar escribía bajo el seudónimo de Keith Luger?
Prendo un nuevo pitillo con mi Zippo y me dirijo hasta una de mis confidentes que me comenta que durante los años cuarenta, en España, se vivió un curioso fenómeno que obligó a los escritores de novelas policíacas a emplear nombres que sonaran remotamente extranjeros porque los productos provenientes del mercado americano tenían mayor demanda. Lo típico, el “jodido” complejo de inferioridad de los españoles.
Prendo un nuevo pitillo con mi Zippo y me dirijo hasta una de mis confidentes que me comenta que durante los años cuarenta, en España, se vivió un curioso fenómeno que obligó a los escritores de novelas policíacas a emplear nombres que sonaran remotamente extranjeros porque los productos provenientes del mercado americano tenían mayor demanda. Lo típico, el “jodido” complejo de inferioridad de los españoles.
Tras analizar todos los datos creo que
tengo material suficiente para cerrar el caso. Así que me dirijo
hasta el despacho y aporreo las teclas de mi vieja Olivetti
concluyendo que Keith Luger (Miguel Oliveros Tovar) fue una víctima
de su tiempo. Un casi anónimo autor que escribió 500 novelas. Que
no ha recibido por ello el mérito que le corresponde. Que contaba
con una capacidad de inventiva y creación superior, que en sus
escritos reflejaba habitualmente la amistad y la camaradería
masculinas y tenía un ácido sentido del humor que maridaba muy bien
con los diálogos del género negro. Que todo crimen suele tener un
cómplice y que sus novelas casi siempre eran ilustradas por Rafael Cortiella (Aquí una entrevista)., que ya hablaba de lo hueso que era el director de Bruguera. Que Keith Luger titulando era un peligro: ¿Quieren
plomo?, Un valiente y un conejo, Un pan con mucha miga, Tres
bastardos y medio...
“Usted es una fresca, Brigitte”
tiene bastantes erratas y algunas faltas ortográficas, muy lógicas
con el tiempo que tenía su autor para escribir y que luego el
cajista en imprenta también tenía su peligro, agobiado por los
plazos. La novela trata del encargo que le hacen al detective Daniel
Silvestre, cuando le llaman por teléfono mientras se está
trajinando en su "cutre" despacho a una tía buena, para que acuda al
nº314 de la Avenida de Ankara donde se va a cometer un asesinato.
El detective responde que lo dejen en paz, que no es policía. Que solo
investiga casos, no posibles futuros asesinatos. Un dinero dentro de un sobre en su
buzón, casualmente, hace que cambie de idea. Una novela con unos diálogos muy del género y con tintes en muchos casos rozando lo humorístico.
Destacar que ya Bruguera utilizaba sus novelas como soporte publicitario, algo que ya he comentado en "No existe mejor soporte publicitario que un libro".
Destacar que ya Bruguera utilizaba sus novelas como soporte publicitario, algo que ya he comentado en "No existe mejor soporte publicitario que un libro".
Informe
Detective @FranCoescribe
Hasta el próximo Editorial del domingo.
Artículo: Francisco Concepción
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