Recito los versos de pasión que se elevan en volutas de humo fusionándose con las alas de un oscuro cupido.
Acaricio los pétalos de ternura con el extremo de mis dedos marchitándolos en el transito de mi gesto.
Esculpo el éxtasis en gemas de brillos exclusivos que se enfrían después del fuego.
Aspiro la atracción asfixiándola con mi tenebrosa inspiración.
Como un latido vive el amor y muere antes del siguiente.
Como un segundo espera la pasión su ocaso antes del venidero.
Como una ola la ternura arrastra su final que la llegada de la próxima desvanece.
Como un rayo el éxtasis ilumina y se diluye en la noche que asustada espera su rugido.
Como una gota de lluvia me empapa la atracción y pierde su forma.
Un impulso del corazón renueva el anterior y otros lo acompañan sin pausa.
Un segundo se amontona en un minuto y llenan el tiempo sin volumen.
Una ola es un inmenso mar impulsado sin tregua sobre un cambiante regazo.
Un rayo cose el cielo con deformes trazos uniendo con hilo albino la tormenta
Una gota esta arropada saturando el aire de laberintos imposibles.
Algo, siempre, sin aviso, nace y muere sin tiempo de haber vivido pero
repite su ciclo sin sentido y vive el amor, la pasión, la ternura, el
éxtasis y la atracción en un corto periodo indefinido que alimenta con
su invierno una primavera de amor, pasión, ternura, éxtasis y atracción
desmedido.
Autor: Ignacio Alvarez Ilzarbe |
Bella y magistral prosa poética.
ResponderEliminarSutílmente lo efímero...
Saludos!
Bellísimo... Un verdadero placer leer tan fluida prosa. Un abrazo
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