06 octubre, 2010

El vagabundo



caminaba despacio, con la lentitud de la inseguridad. Todos se apartaban sin disimular la expresión de rechazo que despertaba.
Se paró delante de la puerta majestuosa de su antiguo colegio. Intentó arreglarse someramente el mugriento pelo largo que llevaba tiempo sin sentir las púas de un peine. Se los recogió detrás de la oreja, dándole luz a unos ojos castigados por tanta miseria.
Los transeúntes mantenían la vista fija en el descosido que lucía la parte posterior de la mejor prenda que pudo hallar entre los cuatro trapos que le quedaban, escondidos bajo el cartón que le daba cobijo.
Era su última esperanza, encontrarse con el director y que Miguel lo recordara.
Siempre le había mostrado afecto y admiración, era un hombre justo.
No se olvida la mirada de una persona honesta.
Afrontó las escaleras con decisión, sin cobardía. A medida que despegaba cada pie del suelo y subía un peldaño, el corazón bombeaba más y más fuerte.
Las puertas se abrieron cuando el sensor sintió su presencia, eso le hizo volver a descubrir que todavía era una persona, envuelta en mugre, pero una persona.
Inmediatamente cuatro brazos salidos de la nada bloquearon su deseo.
-¡Sólo quiero ver al director! ¡Lo conozco! Gritó en su desesperación.
Miguel salió de su despacho ante el bullicio inusual de la mañana.
-Miguel, Miguel. Gritó al contemplar ante él la figura de la persona que podía suplir al dios que le había abandonado.
Sus miradas se cruzaron un segundo, el segundo de la ilusión, del anhelo, con la añoranza del pasado.
Lo invitó a pasar al despacho.
Su olor sólo le permitió acercarse para estrecharle una mano que transmitía la fuerza de un abrazo inaccesible.
Miguel no terminaba de comprender como el amigo que tantas veces lo sacó de apuros, el niño más listo de la clase, el que siempre trataba de ayudar a los demás, había acabado como un vagabundo. Pensaba que a veces las injusticias eran demasiado evidentes.
Necesitaban un jardinero en el colegio.
El contrato quedó sellado con una lágrima de agradecimiento, marcado por las sucias huellas de los últimos años.


Texto: Inma Vinuesa
Ilustración: Laura Baute Sanjuan



14 comentarios:

  1. Inma, lo has puesto en bandeja. El que es honesto, lo será siempre. Y no creas que se aleja mucho de la realidad. Muchos están pasando por situaciones parecidas, aunque no sé si tendrán tanta suerte con sus amigos.
    Besos enormes y todavía envidiosos por vuestra reunión.

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  2. Estupendo, emotivo texto. Las vueltas del destino, los posos de amistad. Me ha encantado.

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  3. ¡¡¡Que bonita la ilustración!!! me encanta Laura te agradezco mucho que hayas cogido este texto como inspiración, me ha hecho mucha ilusión.
    Todos los días hay sorpresas que te emocionan. hasta para el protagonista de esta historia.
    Gracias

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  4. Un voto por la humanidad que aún puede ver más allá de las apariencias y conocen del amor en el más pleno y profundo valor del término. Tu texto me hizo recordar dos situaciones de vida extrema que quizá en algún momento vierta también en un texto como el tuyo, para hacer esa justicia que hoy el tuyo reclama y expone... Saludos.

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  5. de nada inma! ha sido leerlo, e inspirarme :D

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  6. Magnífico texto. A veces la vida ofrece estos regalos, después de las injusticias. Quien tuvo buen corazón, no puede dejar de tenerlo.
    Es importante eso. Es importante buscar el bien, porque a pesar de todo, el bien existe.

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  7. Enhorabuena a Inma y a Laura por este palpitante texto y la magnífica ilustración que lo acompaña respectivamente. El encuentro, la amistad y las vueltas juguetonas de la vida que descolocan a los humanos como si fuesen fichas de un juego. Un tema sugerente, como si fuera el comienzo de una historia.

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  8. Excelente cuento, emotivo y frágil como la esperanza del protagonista

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  9. Estupenda ilustración.

    Inma y Laura, hacéis un buen equipo.

    (Amando, si abres la página con el Firefox se ve)

    Saludos

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  10. Cuando un texto inspira a ilustrarlo es una buena señal.
    Me afano por que los textos en la versión impresa de La Esfera aparezcan ilustrados, es la única forma de atraer hasta su lectura a los lectores más reticentes.
    La prueba la hemos tenido en el primer número. Las imágenes visuales, desgraciadamente, atraen mas que las escritas.

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  11. Magnífico texto y magnífica ilustración. Hechas el uno para la otra.
    Inma, la delicadeza y, a la vez, la fuerza de esta historia me ha emocionado.
    Laura, desde que estuviste en el programa de radio tenía ganas de ver tus ilustraciones. Excelente. Bienvenida a la Esfera Cultural.

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  12. Gracias Ana, en diciembre, vuelvo a exponer ilustraciones infantiles en la misma sala, es una conjunta, si os apetece pasaros, creo que es el 17 de diciembre, aún no lo se bien, yo estoy en Pontevedra de Máster, iré a finales a verlo. saludos y gracias de nuevo.

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  13. He tenido la suerte de oirte leer este relato, y ahora que lo vuelvo a leer, aún más entrañable. Felicidades a ti y a la ilustradora.

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  14. Bien escrtio. Un texto esperanzador.

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