Su a-roma me llevó a buscarlo a la terraza, había servido la mesa con bollos y fruta. Su voz matinal sonaba ronca, resultaba graciosa oírla alentándome a tomar un descafeinado. Lo compré para ti, me confesó. Relvolví la leche manchada de aquel polvo hasta disolverlo. Y desapareció dejándome sola unos instantes para luego volver con un libro de poemas. Leímos uno que le gustaba sobre un café y una pareja que se acaba. No, no es un presagio, me dije. Terminamos el desayuno asomados al balcón compartiendo muy juntos un cigarrillo, mirábamos a la gente pasar y a las nubes en aquel azul intenso espejo de nuestro a-roma.
Texto: Dácil Martín
Mmmmmmmm!
ResponderEliminarPuedo oler ese a-roma, sentir la intranquilidad, la excitación y, por fin, la placidez de ese descafeinado y ese a-roma compartido.
Me ha encantado.
Un abrazo grande
Un texto, en modo alguno descafeinado. Todo lo contrario. Menos mal que las señales del cielo azul y el cigarrillo compartido, disiparon las sombras de miedo por una relación acabada al abrigo del a-roma de un café. Me ha gustado como el café: cortito pero intenso.
ResponderEliminarCoincido con Miguel Ángel: un texto intenso a pesar de moldearlo con esa ternura que tu sabes utilizar para transformar lo cotidiano o lo intrascendente en algo profundo que nos hace reflexionar recordando ese a-roma.
ResponderEliminarMe encantó.
Regreso de vacaciones y para reanudar las lecturas me encuentro con este regalillo intenso, intimista y precioso que invita a quedarse: bien hallados.
ResponderEliminarUn abrazo de Á.
Estoy con Marcos, Dácil arranca poesía de lo cotidiano de una manera tan deliciosa como el aroma que ese descafeinado ha dejado en mi habitación.
ResponderEliminarUn beso
¿Cómo se me escapó anoche este a-roma tan poético, y más si es un a-roma de café...? Café q puede ser el preludio de un beso o de una ruptura allá cerca del azul eterno de la ciudad eterna... Tu tendencia a la poesía me gratifica tanto como un café íntimo.
ResponderEliminar(Últimamente las entradas no me llegan al mail. Y la suscripción q hice -por no molestar- llega con más de 24 horas de retraso)
Dácil, siempre nos regalas textos de la cotidianidad.
ResponderEliminarUna cotidianidad vista desde tu pluma, desde detalles mundanos y simples, emergiendo bellos textos. Una literatura serena, pero que si buceas en ellos te topas con aguas revueltas.
Me gus-ta.
Queridos todos, me ha llegado el a-roma que desprenden sus entrañables palabras. Ana, Miguel Angel, las Ángeles, han entendido un final feliz, pero Amando y Francisco, preludios y aguas revueltas. Tal vez tal vez pueda tratarse de la dos cosas... Gracias, amigos, lectores, me animan a seguir.
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