Otra vez ese dolor en el pecho. El puñal de mis pensamientos clavándose justo en el centro, siempre anunciando que la cabeza da vueltas, giros que no consiguen equilibrarme.
La necesidad imperiosa de que me quieran me hace perder la línea del horizonte, intuir quimeras en lo cotidiano.
Una mirada que sólo mira o un roce que sólo roza, se transforman en una cascada de ilusiones, taquicardia de anhelos.
Aparecerás con un inocente abrazo, me alagarás con una frase hecha con retazos de educación, inventaré una contemplación más profunda de mis gestos, cambiaré los sabores del aire que nos rodea, me impregnaré de recuerdos con olores inventados.
Y te meterás en mis sueños disfrutando de esas fantasías ideadas, permitiendo el paso de los días carentes de explicación.
Así construiré los cimientos de una necesidad, solo escrita por mí, imaginada por mí. Mi dolorosa necesidad.
Texto: Inma Vinuesa
Narración: La Voz Silenciosa
Narración: La Voz Silenciosa
Bueno; si crea su necesidad también puede crear lo que la haga desaparecer. Aunque visto lo visto, le va a costar un pelín. Hermosa manera de explicar una situación difícil.
ResponderEliminarLa necesidad de ser querido es tantas veces insuperable, a veces, incluso nos lleva a rebajarnos hasta lo inaudito y nos lleva a construir mundos fantáscticos donde sólo había roce o miradas... Ay nuestro pobre corazón! ¡Y qué bien que los cuentas, Inma!
ResponderEliminar¡Qué excelente recreación de los sentimientos de anhelo en busca del cariño ausente! Los que ya vamos cumpliendo años y atesorando experiencias, hemos alguna vez sentido esa dolorosa necesidad que tan bien describes. Y es dulce, pero a la vez dolorosa y con regusto de amargura.
ResponderEliminarLo que escribes de: "..Y te meterás en mis sueños disfrutando de esas fantasías ideadas, permitiendo el paso de los días carentes de explicación..." es para aplaudir acompañando una ovación.
Enhorabuena.
Inma, las cosas del amor, las cosas del corazón, etéreas, intangibles, pero tan reales. Yo siempre me hago la misma pregunta ¿porqué duele el amor? la respuesta está en el viento. Porque el amor es eso: hálito, soplo, brisa marina, ráfaga, vendaval, tifón, tornado. Acuna, mece, murmura, mima..., pero también erosiona, arrasa, destroza voluntades, sueños, ilusiones. La respuesta está en el viento, pero seguimos escuchando al corazón...
ResponderEliminarUn abrazo, me ha encantado tu texto, será porque mi corazón se saltó el verano y ya está preso del otoño.
Montse: no sé si realmente se puede llegar a controlar tanto tu imaginación que no la permitas volar, creo que ella va independiente.
ResponderEliminarAmando: Ay nuestro pobre corazón! esa es la clave, que duele a veces demasiado.
MA gracias por la ovación y por leer siempre el más allá de los textos.
Xavier es un placer tenerte como lector, escritor y comentarista, tenemos mucha suerte.
Un beso a todos.
Una forma de vivir y suplir la necesidad de amor, de afecto... inflando fantasías. Lo malo es cuando el protagonista es consciente de ello, y sigue jugando a ello, pues pierde la magia y pasa a ser una patología.
ResponderEliminarFelicidades.
Enhorabuena, Inma. No puedo decir más después de tantos comentarios hermosísimos.
ResponderEliminarInma, dices tan bien que no sólo se desea el amor, sino que se inventa su existencia elevando minúsculos hechos de cortesia al rango de hechos amorosos.
ResponderEliminarDébil engaño, tramposo y que hace tanto daño. Pero yo creo que esa manera de "querer ser querida" tiene arreglo, no es fácil pero poco a poco, empezando por amarse una misma y por amar a los otros sin que ello sea moneda de cambio.
Pongo una receta a sabiendas de que todo es mucho más complejo, pero tu texto es tan bueno, y tan agobiante, que necesito saber que ese mal tiene cura.
Un abrazo Á.
Gracias FranCo, Catherine, Ángeles, momentos que son sólo eso, momentos de fantasía.
ResponderEliminarOtra vez el puñal en el pecho. Esa frase es fundamental en tu relato. A partir de ahí, que esos sueños inunden el alma, para eso están. Todo se puede transformar en cascada de ilusiones.
ResponderEliminarBesos de enhorabuena.
Un texto con fuerza, tremendo, hace temblar... Un abrazo fuerte
ResponderEliminarGracias Isolda, Dácil, que bueno teneros.
ResponderEliminarEstupendo texto, Inma. Qué buena recreación de esa necesidad patológica de ser querido que hace vivir fantasías de cuento. Amar y hacerse amar, ahí está el truco, pero en la realidad.
ResponderEliminarA veces el deseo duele. La imaginación es un calmante para ese dolor... ¿o tal vez no? A veces, imaginar lo que no se tiene y se desea con tanta fuerza solo acrecienta el anhelo.
ResponderEliminarMuy buen texto.