Después de una época de profundo recogimiento trascendental –a la que suelo llamar “etapa de conocimiento personal”– supe que tenía tanto que expresar como para escribir un libro.
Tras unas semanas garabateando cuadernos pensé que era necesaria una dedicación que mis horarios no me permitían: decidí escribir un cuento.
Al tiempo, comprendí que la síntesis y la elipsis no eran recursos que yo dominara. Lejos de rendirme, emprendí la elaboración de un poema.
Asumí que la rima y la métrica podían conmigo cuando devolví la mirada a los monigotes que poblaban los márgenes de un folio con algunos versos y tachones.
Cansado de pasar el pulgar y por las yemas del resto de dedos, arrugué la hoja. Antes de tirarla la leí de nuevo.
Fue entonces – en aquella época de recogimiento trascendental a la que suelo llamar “etapa de la depresión” – cuando escribí un microrrelato.
Tras unas semanas garabateando cuadernos pensé que era necesaria una dedicación que mis horarios no me permitían: decidí escribir un cuento.
Al tiempo, comprendí que la síntesis y la elipsis no eran recursos que yo dominara. Lejos de rendirme, emprendí la elaboración de un poema.
Asumí que la rima y la métrica podían conmigo cuando devolví la mirada a los monigotes que poblaban los márgenes de un folio con algunos versos y tachones.
Cansado de pasar el pulgar y por las yemas del resto de dedos, arrugué la hoja. Antes de tirarla la leí de nuevo.
Fue entonces – en aquella época de recogimiento trascendental a la que suelo llamar “etapa de la depresión” – cuando escribí un microrrelato.
Autor del texto: Pablo Llanos
Caramba! Pero si me has leído el pensamiento!!
ResponderEliminarMe ha encantado
El largo y tortuoso camino del escritor... De todas formas, decir mucho con poco y hacerlo bien, es casi tan difícil como escribir una novela. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSí, la vida a veces no da para tanto, aunque nos empeñemos en lo contrario... O lo mismo sí, y no sabemos contarla.
ResponderEliminarMe ha gustado el texto.
En la depresión la propia naturaleza del mal suele impedir tener fuerzas y agilidad mental para nada que no sea el reconocimiento de la propia impotencia.
ResponderEliminarConseguir un microrrelato, bueno y conciso es casi una hazaña. Felicidades porque la depresión se irá y otros textos llegarán. Un abrazo. Á.
Creo que todos los que nos ponemos delante del teclado hemos sentido alguna vez lo que expresas en este micro. Lo difícil es que se consiga algo escrito, algo que merezca la pena. Enhorabuena.
ResponderEliminarTodo tiene su público y su momento. Has condensado muy bien el proceso deconstructivo. Lo que pasa es que no me imagino leyendo N microrelatos seguidos, es agotador, por eso una novela también relaja al lector.
ResponderEliminarAna: Muchas gracias !!
ResponderEliminarMiguel angel, celebro que te haya gustado.
Armando, quizas deberíamos pensar en si podemos contar la historia de alguien que no es capaz de contar una historia que merece ser contada.
Pablo, ésa ha sido siempre la tarea de la literatura y del escritor ir buscando la vida de quien no cree que pueda, deba o sepa contar la suya propia. Sólo en el siglo XX, cuando empieza a tener importancia la primera persona como voz narrativa, empieza el escritor a tener la tentación de convertirse en el protagonista... Y otras veces el protagonista se quiere hacer escritor, que es bastante peor, aún.
ResponderEliminarEn estas etapas de reflexión en las que uno cree que está perdido, resulta que un "Microrelato" estaba buscando que lo escribiesen
ResponderEliminarÁngeles, gracias por tus consejos. Creo que aun se puede conseguir mas concisión.
ResponderEliminarInma, muchas gracias, clebro que te haya gustado.
Ximens, como bien dices, hay que haber leido un buen número de cuentos, y micros, y poemas para ser un buen lector de cada uno, parece como que con la novela tenemos una facilidad más natural.