Muchos poetas, escritores e intelectuales acudían a degustar las nuevas texturas y sabores del restaurante La Casa de Bernarda Alba. Su innovadora carta llamó la atención de los críticos gastronómicos, quienes acudían en masa. Los comensales solían pedir la sopa de sinestesias y metáforas, un sugerente majar que servía para estimular la creatividad y vencer la falta de ideas ante el folio en blanco. A ese plato, se sumaron otros no menos apetecibles como el consomé de estrellas y viento, el delicioso moreno de verde luna con boletus, el romancero gitano a la vasca, el suflé poeta en Nueva York o el milhojas verde que te quiero verde. Los postres también causaron estragos. El camborio de dura crin con nata y fresas o el corazón caliente de chocolate hicieron las delicias de los comensales. ! En poco tiempo, el restaurante se convirtió en un referente de la gastronomía que relegó al olvido a Arguiñano y Ferrán Adrià. Aunque, en ocasiones, era muy difícil contentar a todos:
—¡Pues yo creo que voy a pedir un polvo enamorado! —dijo un cliente al maître.
—Lo siento caballero, pero ese plato es del Restaurante Quevedo, el que está al otro lado de la calle.
Texto: Rubén Gozalo
Magnífico. Qué tal añadir a la carta Solomillo de Yerma en su punto y como postre Helado de Mariana Pineda...
ResponderEliminarMuy bueno, he disfrutado leyéndolo y envidiando tan sofisticados menús. Enhorabuena.
ResponderEliminarExisten verdaderamente restaurantes de extensa carta, que siempre me hacen dudar. Prefiero aquellos de carta con poca oferta, pero especializados. En literatura existe mucha oferta. Que complicado es seleccionar la calidad.
ResponderEliminarEs cierto que todos los libros, por malos que sean, esconden un párrafo o varios, que hacen que valga la pena su lectura.
Ingenioso texto; detecto algo de sarcasmo. (Apreciaciones del restaurante de enfrente, con seguridad) Una carta estupenda.
ResponderEliminarBesos de cancioncillas a la importancia.
Hola, me ha encantado. Que gran chef ese lorca, me hubiera gustado ir a su restaurante y empaparme de la esencia de una gastronomia pasional y de raza.
ResponderEliminarEsperamos leer mas cosas maravillosas. Un saludo.
Buena carta nos muestra este restaurante, por lo menos de interesante lectura.
ResponderEliminarInteresantísimo menú, excelente competencia: Lorca y Quevedo mano a mano.
ResponderEliminarEste texto tiene un regusto a lo Monty Phyton, que me encanta.
Enhorabuena
Gracias Amando, Yolanda, 7Plumas, Isolda, El Secreter e Inma
ResponderEliminarUn saludo
Rubén
Homenaje al duende granadino con humor y mucho apetito.
ResponderEliminarMuy bueno.