03 septiembre, 2011

Fatum

En algunas contadas ocasiones, intentó abrirse un hueco en el complejo mundo de las letras, pero los azares del destino siempre premiaban a otros.
Con el ánimo bajo y la autoestima mermada, se encerró en sus escritos, pese a sus fervorosos deseos de no escribir. No obstante, el condenado a escribir es como un Sísifo que levanta una vez y otra la misma piedra, asciende la empinada cumbre y, una vez en ella, un sino trágico le envía su hazaña al abismo.
Anduvo durante innumerables años al amparo de su abismo florecido por las letras. No se permitió ni una sola tentativa de desafiar a los dioses y conservó su confortable anonimato. No llegaba a nadie, pero sabía que su escritura era su propia condena y su propia salvación. Se acostumbró definitivamente a su presencia constante en su vida.
Un buen día, en una ebriedad del pensamiento, quiso tentar la suerte una vez más, recomponer la ilusión y apostar por el juego peligroso. Sin meditarlo demasiado, envió su tercera novela a un premio patrocinado por una prestigiosa editorial.
Murió unos días antes de que le concedieran ese prestigioso premio que le permitiría publicar por fin.
Texto: Isabel Martínez Barquero

8 comentarios:

  1. Nunca debió abandonar las expectativas ni perder la ilusión. Hay que plantar cara al destino.
    Besos, Isabel.

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  2. Así es el destino... Si no, que se lo digan a Stieg Larsson.
    Lo que me ha impresionado del texto no es la muerte del autor, predestinado a no alcanzar el reconocimiento, sino esa compulsión para escribir, esa necesidad de volcarse en la literatura aún sin esperanzas de ser leído, esa imagen de Sísifo, tan apropiada.
    Me ha gustado mucho.

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  3. Como siempre das en el clavo, en este caso reflejando esta penosa realidad para los abundantes "condenados a escribir".

    Un abrazo

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  4. Yo no pienso morirme... Y como nunca me van a dar un premio...ja,ja,ja,ja
    Muy bien, Isabel...
    Una realidad que duele.
    Abrazo enorme

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  5. Mejor no entremos en detalles, pero me siento tan retratado... Isabel además de gustarme, me ha llegado. Y más de un caso es similar a éste que cuentas.

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  6. No importa que no llegará a conocer su premio, el premio lo tenemos todos: es el placer de desgranar una historia, esbozarla, darle forma, saborearla, hasta que colocamos el punto final. (Aunque los otros premios no están nada mal... ja,ja). Muy bueno Isabel.

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  7. Se me borró mi primer comentario Isabel, a ver si ahora me sale algo parecido:

    Nunca sabemos cuando la suerte nos va a aacompañar en algunas de las múltiples pasiones que a cada uno nos ilusionan: el momento, la circunstancia, el azar etc, valen tanto o más que el mérito. Se trata de no desesperar y seguir creyendo en lo que uno hace a gusto y con entrega.

    Mientras tanto, compartir con vosotros ya es un lujo que merece la pena.

    Un abrazo Á

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  8. Todo llegará cuando el destino diga, pero lo importante es caminar...más que llegar. Un abrazo.

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