24 septiembre, 2011

Tu árbol


Hay belleza en el árbol, como tú me decías. Al fin lo entiendo. Percibo ahora el placer de la luz golpeando sus ramas, disfruto el color de sus hojas y, cuando en invierno me acerca hasta él, también veo belleza en su cuerpo desnudo. Vengo aquí a reencontrarte. En el sendero voy dejando la percepción del tiempo... Descalzo mis pies sobre la tierra que sostiene su tronco y sencillamente, me abandono. Plantado en la memoria, tu árbol crece siempre hacia adentro, como crece el recuerdo. Mi hiciste prometértelo una tarde de junio: "vuelve aquí siempre y aunque no esté, acuérdate de mí", me dijiste. Así lo hago siempre que puedo y, es hermoso. Sí, también puede latir belleza en la ausencia; tu ausencia y tu recuerdo, abuelo.
Texto: Briara Iriarte
Narración: La Voz Silenciosa

8 comentarios:

  1. "...Plantado en la memoria, tu árbol crece siempre hacia adentro, como crece el recuerdo..." Genial pasaje, Briara. El reencuentro con el pasado, vivo, en los lugares comunes. Siempre he pensado que cuando nos vamos dejamos trozos esparcidos por esos lugares y cuantos más trozos, más vivos quedamos, aunque nos hayamos ido para no volver.

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  2. La memoria de los que amamos es un árbol de hojas perennes. Profundo relato que "crece hacia adentro", como la poesía que lo cubre. Gracias Briara, me encantaría seguir leyendo cosas tuyas.

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  3. Precioso saber que las raíces quedan aunque el alma vuele. Precioso saber que un árbol sabio nos guía y protege. Precioso como quien lo escribe.

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  4. Emotivo. Unidas ambas generaciones para siempre. Por supuesto que existe belleza en la ausencia...
    Besos.

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  5. Cómo se echa de menos a los que se han ido, y cómo viene los recuerdos en aquellos lugares que se han compartido de manera especial. Nunca se van del todo, siempre quedan dentro de nosotros. Bonito texto.

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  6. La nostalgia, el poder de los objetos que pertenecieron o asociamos a otros.
    Hermoso texto, Briara. Bienvenida a La Esfera

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  7. La añoranza de los abuelos, que jodios, a la chita callando nos han pasado sus genes que necesitan su propia savia. Y cómo florecemos cuando nos acercamos a ellos, a esa llamada de la tierra que les acuna. Muy hermoso.

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  8. El hombre lo es más cuanto más parecido es a un árbol. Eso cada día lo tengo más claro y por ello este texto lo siento muy próximo. Acaso, como dices en el texto, el crecimiento más importante es el que se produce hacia adentro.

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