El arcoíris se desplegó doble justo enfrente de mi ventana, pretendiendo colorear un día definitivamente gris amatista, clavado en el mar amoratado engañosamente malva, falsamente calmo en la oscuridad desdibujada que no acababa de consentir la mañana. Se me antojó una visión descarada, burlona de mis tristes angustias que habían despuntado el día recargadas. Una ironía de colores fanfarrones. Pero consiguió clavarme a contemplarlo en su quehacer magnético, hasta profético. Me obcequé en leer entre líneas, entre tonos y matices. No entendí nada, no conocía su lenguaje, no sabía leer entre colores. El gris me empastaba el alma.
Cerré la ventana para ocuparme sola en coser mis roturas, pero la cortina trasparentaba y adivinaba los arcos multicolores del otro lado, como si quisieran mostrarme algo para mí confuso, casi críptico, como forzándome a no claudicar, a continuar mirando hacia arriba, hacia el cielo, a la luz blanda de un nuevo día rebosante.
Volví a mirar en el momento justo en que
el cielo estalló en calambres que aliviaron la pesadez de un chaparrón contenido. Agua escandalosa que chapoteaba los cristales, las hortensias, los rosales, las uvas del parral. Que corría sobrada a desaguarse pendiente abajo. Bulliciosa, exuberante, sabrosa. Agua sobre agua para mojar lo ya empapado.
el cielo estalló en calambres que aliviaron la pesadez de un chaparrón contenido. Agua escandalosa que chapoteaba los cristales, las hortensias, los rosales, las uvas del parral. Que corría sobrada a desaguarse pendiente abajo. Bulliciosa, exuberante, sabrosa. Agua sobre agua para mojar lo ya empapado.
La energía desatada al viento se me ovilló al cuerpo para sacudirme de dentro a afuera. Me zarandeó los pensamientos hasta que pude reubicarlos. Cortó el círculo viscoso de gris en gris para que del negro se fueran destilando colores inexistentes por no nombrados. Tonos irisados de matices nunca antes pronunciados, completamente imprevistos, maravillosamente improvisados. Y amaneció, que no fue poco.
Siempre amanece, Ángeles.
ResponderEliminarMe gusta esta lluvia que lo limpia todo y el arcoíris que te proporciona matices imprevistos para salir de un mundo gris o negro.
Me gusta tanto tu texto como el arcoíris.
Preciosa pintura con palabras que consigue llevarnos del ambiente que nos circunda al interior de quien va viendo cómo amanece, mejor dicho de quien ansía que amanezca.
ResponderEliminarY siempre amanece, claro que amanece, incluso muchas veces de un modo tan precioso.
Hermosa fusión con el paisaje. Tu silencio interior pareció hablar desde el resonar lingüístico del paisaje.
ResponderEliminarSaludos,
Rubén.
Impresionante tu texto, Ángeles. Me encantó eso de sacudir de dentro a afuera. No importa el empeño en correr las cortinas, la luz se filtra. Así da gusto amanecer!
ResponderEliminarBesos de color, siempre.
"El cielo estalló en calambres": aunque fuera solo por leer esta frase merece ser escrito este relato que con una lírica multicolor saca a la protagonista de la oscuridad. Me ha gustado.
ResponderEliminar... y amaneció. Siempre amanece, y tras los nubarrones y la lluvia siempre hay un arcoíris, aunque brille burlón. Hay que mirarlo y leer en sus colores su mensaje vital. Enhorabuena Ángeles.
ResponderEliminarÁngeles, ese arcoiris...
ResponderEliminarExiste en el texto muchos aciertos. Algunos, literariamente, me dan envidia: coser mis roturas, ironía de colores fanfarrones, se me ovilló al cuerpo...
¿Se dará nuestro amigo Iván por satisfecho? ¿O seguirá siendo el mismo insatisfecho de siempre?
Felicidades por este texto construído con palabras arcoiris.
Me ha parecido bellísimo tu texto, Ángeles. Leerlo es una experiencia maravillosa. Como dice Amando, es una pintura con palabras.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Un abrazo.
Una maravillosa lección de escritura.
ResponderEliminar¡Qué bien escribes Ángeles!
Después de la tormenta luce el sol y, con él, el arco iris. Qué bien has reflejado la tormenta interior y cómo la esperanza se abre paso y vence!
ResponderEliminarUn texto luminoso, brillante.
Enhorabuena, Ángeles.
Exquisita descripción de un amanecer. Felicidades.
ResponderEliminarGracias a todos por tan amables palabras, solo por leerlas y sentir que mi escritura trasmite esas sensaciones merece trabajar con más ganas.
ResponderEliminarBesos
Un texto preciosista que invita a sentir sin más. Enhorabuena por tu impecable forma de escribir.
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