Qué le importa a nadie si mis ojos miran, libidinosos, tus pasos y mis pechos se endurecen ante el deseo de rozar tu piel; que mi cuerpo adorne sus movimientos, encandilando y rogando algo más que palabras; que tu aliento despierte la imaginación de mi sexo y desate temblores de gozo en mi vientre.
Qué le importa a nadie si necesito tu carne al despertarme al alba y mis gritos no disimulen mis ansias de tenerte; que se me enciendan las ganas imaginándote desnudo y que al demostrarlo me tachen de incorrecta.
Qué importa si no disimulo ante nadie mi necesidad de seducirte, de poseer todo tu cuerpo.
Todos quieren acallar estas ganas, las que me dan alimento, las que me mantienen viva, las que rejuvenecen mi espíritu, esas que envidiosos miran sin poder dominarlas.
Narración: La Voz Silenciosa
Narración: La Voz Silenciosa
Si es que hay mucha envidia, suelta. Ni caso. Texto de lo más sugestivo.
ResponderEliminarA nadie debe importarle¡¡¡ Nadie apagará tu necesidad, nadie acallará tus ganas. Nadie debe silenciar tu escritura.
ResponderEliminarInma, veo que tus textos están empapados de primavera. Y veo que ese mismo espíritu ha prendido La Esfera.
ResponderEliminarEsto resuma adolescencia, tierra, sustrato,fuego...que siga.
Un abrazo
Pienso en un poema de Prévert, Je suis comm je suis, Soy así digamos para resumir el título.
ResponderEliminarMe gustas como eres, me gusta sobre todo tu escritura por supuesto con lo lejos que estamos.
Un beso, Inma.
Gracias Amando, FranCo,Xavier y Catherine. Realmente está calentita La Esfera, pero es que este veranillo del membrillo nos está sofocando a muchos. Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarMuy bueno, la envidia del hombre no conoce límites y por no poder ser libre se fijan en la libertad de los demás.
ResponderEliminarabrazos totales
Inma qué bueno! Di que sí, cada uno que piense lo que quiera. Nadie te va a callar y además quién sabe lo que desea cada una... Me quedo con la última frase, es magnífica.
ResponderEliminarUn beso de verano, calentito, como está La esfera.
A nadie importa, solo a tí. Ser consciente de lo que sentimos por alguien, y poder llamar a cada cosa por su nombre es el mayor ejercicio de libertad y el mejor aprendizaje.
ResponderEliminarSaludos calentitos
La felicidad, el amor, el que te vaya bien en la vida, es algo que no se perdona. Tampoco que no se oculte el deseo.
ResponderEliminarIntenso, ardiente, libre. Me ha encantado este texto y lo que subyace.
Un abrazo grande.
Pura envidia al placer.
ResponderEliminarMuy sensual, Inma. Y al que le fastidie, que se aguante.
ResponderEliminarExcelente. Exquisito. Excitante. Escrito desde las entrañas de los sentimientos y los deseos. ¡Me gusta el calor!
ResponderEliminarHay una canción de Alaska que dice algo parecido, a quien le importa lo que haga o diga. Me encanta la liberación, fuera los perjucios, la envidias. Uf, y qué calor da también este texto.
ResponderEliminarSi, si que nos importa, apreciada Inma, porque todo lo que le ocurre a una mujer sensible a ess deseo nos importa a todos, y además si lo cuentas tan bien como lo has hecho aquí mejor que mejor, porque nos gusta saber que hay mujeres que no temen ser sinceras, es un paso adelante en la constante conquista de vuestro espacio vital.
ResponderEliminarTerrón de tierra
Más clarito que el agua: ¡Qué le importa a nadie!
ResponderEliminarGracias a todos por vuestras amables palabras, es un placer estar aquí rodando.
ResponderEliminarGenial este derroche de sensualidad, de sexualidad, de deseo sin complejos. Si es que se sienten las cosquillas en el vientre con solo leerlo.
ResponderEliminarUn texto con fuerza, como si fuera un grito desgarrado que busca una bocanada de aire fresco. Enhorabuena.
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