Está ansioso por verla, a pesar del tiempo que llevan juntos aún le late fuerte el corazón cuando la ve.
Hoy decidió sorprenderla en el parque donde se conocieron y escondido tras la estatua que adorna la vieja fuente, ya vacía, la espera.
La ve parada en la esquina esperando el cambio de luz del semáforo para cruzar la calle, sabe que es su costumbre cortar camino por el parque para llegar más rápido a la casa.
Ella mira para todos lados mientras camina hasta el pequeño y vistoso puente que simula cruzar un lago inexistente, se detiene junto al único farol ya encendido y consulta el reloj.
Aprovechando esta distracción, y escondiéndose entre los árboles, se aproxima sigilosamente con una gran sonrisa a la que es su mujer desde hace 10 años y le tapa los ojos…ella le dice el nombre de otro.
Hoy decidió sorprenderla en el parque donde se conocieron y escondido tras la estatua que adorna la vieja fuente, ya vacía, la espera.
La ve parada en la esquina esperando el cambio de luz del semáforo para cruzar la calle, sabe que es su costumbre cortar camino por el parque para llegar más rápido a la casa.
Ella mira para todos lados mientras camina hasta el pequeño y vistoso puente que simula cruzar un lago inexistente, se detiene junto al único farol ya encendido y consulta el reloj.
Aprovechando esta distracción, y escondiéndose entre los árboles, se aproxima sigilosamente con una gran sonrisa a la que es su mujer desde hace 10 años y le tapa los ojos…ella le dice el nombre de otro.
Texto: Patricia O.
Narración: La Voz Silenciosa
Narración: La Voz Silenciosa
Pobre hombre. Ese "ya vacía" de la fuente predispone, alerta. Una frase final que tira por tierra toda esperanza.
ResponderEliminarEn fin, la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida... Menos mal que no nombró a otro en otros menesteres...
ResponderEliminar¡Qué peligro tienen las sorpresas! Sin embargo, la que da este relato, me ha encantado.
ResponderEliminarSi es que lo mejor es no dar sorpresas, por si el sorprendido eres tú!
ResponderEliminarMuy bueno.
Saludos
Menuda decepción, pobre.
ResponderEliminarToda una sorpresa al final.
Saludos.
La construcción de un microrelato perfecto. Corto, acción increscendo y sorpresa final. Y con ese regusto de moraleja.
ResponderEliminarBueno.
Buen micro, tiene todos los elementos necesarios para serlo. Y el encanto de estar centrado en un día cualquiera, circunstancia que lo hace muy creíble. Saludos.
ResponderEliminarEs de obligado cumpliento, tras leer este micro relato, felcitar a la La Voz Silenciosa, su autora, tiene todos los ingredientes necesarios para hacernos difrutar: Intriga, brevedad, buen ritmo narrativo y sorpresa final, ¿quién da más?
ResponderEliminar¡Felicidades!, me ha guatado mucho y quiero que lo sepas.
Terrón de tierra
Realmente un final de impacto, tremenda la sorpresa, sí.
ResponderEliminarSaludos