31 enero, 2012
Ikea 2.0
Entre cajas de cartón el hombre se transforma en inepto. Las instrucciones, sobre el parqué, son un mapa sin norte. Bufidos desesperados, nada es lo que parece, y los niños correteando alrededor mientras esperan su nueva mesa de juegos todavía a piezas. La mujer, brazos cruzados, y el vecino al otro lado, con la comisura de los labios de punto y final a una sonrisa permanente.
Él sí que sabe cómo se hace un ángulo perfecto o se giran las tuercas.
Él es la solución a unos metros.
Sentado en el suelo se revuelve entre embalajes cada vez más solo, cada vez más inútil en la impaciencia. Cuando llaman al timbre un calambre entre los dedos y un instante eterno para hacer cuentas, cábalas sobre lo que merece la pena. Escucha esa voz ronca que taladra su cráneo y el destornillador se le convierte en una herramienta perfecta.
Texto: Alberto García Salido
Narración: La Voz Silenciosa
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Nunca he intentado semejante aventura. Directamente se la dejo a cualquiera. No es lo mío. Me niego a convertirme en homicida o suicida.
ResponderEliminarGenial, por cierto.
Gracias Amando.
ResponderEliminarUn saludo.
Cuando un catálogo anuncia "de fácil montaje", tiembla.
ResponderEliminarTodos hemos vivido la situación que describe tu texto.
Amigo Alberto, ¿la escritura es más sencilla o igual de complicada?
Imagino la escena, jaja, muy bueno, como la vida misma... saludos.
ResponderEliminarCasi siempre me sobra algún tornillo. Sólo que me doy cuenta cuando al poco tiempo se cae la estantería,... Pero es tan entretenido... Enhorabuena. Irónico y fresco texto.
ResponderEliminarTodos nos hemos sentido alguna vez sobrepasados por un artefacto imposible de armar, diga lo que diga el folleto.
ResponderEliminarDe ahí a pensar en el destornillador como algo perfecto (¿instintos asesinos en un momento de locura desesperada?) solo va un paso.
Saludos