La primera vez que me violaron juré que sería la última.
Tenía siete años.
Hoy tengo diecinueve y me condenaron a cadena perpetua.
No queda ni uno de los nueve varones de mi familia para traerme tabaco y revistas. Mujeres tampoco.
Texto: Mariluz González Hidalgo
Narración: La Voz Silenciosa
Es difícil decir más en menos.
ResponderEliminarGlup...
ResponderEliminar¡Qué fuerte, querida! Estoy con Amando, ¡qué facilidad para el resumen, impresionante!
ResponderEliminarMil besos que van por la orilla.
Se me encogió el alma....
ResponderEliminarLa protagonista del texto también tiene una inmensa capacidad para la síntesis. Lo soluciona todo muy rápido. Muerto el perro se acabó la rabia.
ResponderEliminarHay que descubrirse contigo, Francisco. Esa mirada tuya, que no puede ser más evidente, no se me hubiera ocurrido escribirla ni en cien años.
ResponderEliminarBesos, siempre.
Sobran las palabras, un placer leerte, saludos.
ResponderEliminarDirecto. Claro. Corto. Grande. Enhorabuena.
ResponderEliminarEs un placer "leer" un micro ante un público tan entregado ¡gracias a todos!
ResponderEliminary abrazos :)
Ya te lo dije, pero repito: muy bueno, Mariluz.
ResponderEliminarUn abrazo.
intenso
ResponderEliminarRepito lo dicho.
ResponderEliminarUn micro buenísimo y muy duro también.
Un abrazo grande, Mariluz.
Directo, contundente. Como esa cadena perpetua.
ResponderEliminarEnhorabuena
Gracias a todos :)
ResponderEliminarbuen finde, abrazos
Mil gracias por enriquecer el relato con tu preciosa voz.
ResponderEliminarMe has estremecido :)
un abrazo (o dos)