- Señoras, señores: cuando caiga el último grano habrán pasado cinco minutos, tiempo suficiente para poder agotar las cuatrocientas palabras que me han sido impuestas como tope para participar ; intentaré, pues, extractar mi discurso.
"Los usos de la lengua" es el lema genérico de este foro que ha estimulado las disertaciones de mis predecesores aquí. Ellos les habrán iluminado en este asunto mucho más de lo que yo pueda hacer ahora con tal brevedad. No obstante les comentaré algo sobre "El habla políticamente correcta y los eufemismos", sin entrar en excesivas elucubraciones ni vastas teorías, pues me acosa el contador de palabras y además, la arena del reloj, inclemente, cae sin cesar. Me limitaré, pues, a daros un par de ejemplos sobre este asunto que me hubiese gustado tratar con más extensión.
En ocasiones, forzamos el lenguaje con el fin de hacerlo "políticamente correcto" llegando a extremos que producen hilaridad; os ruego que recordéis aquella desafortunada frase : "jóvenes y jóvenas", ó esta otra mas reciente : "miembros y miembras". El loable feminismo no debiera degradar la lengua para hacerse valer.
Sucede lo mismo con el tema racial; habréis oído la expresión "personas de color" para aludir a las de raza negra, ¿qué pasa, que el resto de los seres humanos carecemos de color ?
Terminemos con un ejemplo práctico : ¡usted mismo, caballero!, - le dijo a un señor bien
trajeado sentado en la primera fila -, ¿sería tan amable de contestarme a una pregunta? Si tuviese usted que hacer algo arriesgado de forma imperativa, con valor, tozudamente y pese a quien pese ¿cómo lo diría con expresión coloquial?
trajeado sentado en la primera fila -, ¿sería tan amable de contestarme a una pregunta? Si tuviese usted que hacer algo arriesgado de forma imperativa, con valor, tozudamente y pese a quien pese ¿cómo lo diría con expresión coloquial?
El hombre quedó pensativo unos instantes, luego dijo :
- Diría que tengo que hacerla "por narices" ¿no?
- He aquí, señoras y señores, un ejemplo claro de eufemismo lingüístico. Como todos ustedes saben , la expresión coloquial verdadera hubiera sido "tengo que hacerla con un par de cojones".
El auditorio retumbó unánime en carcajadas y aplausos.
- No tengamos miedo a las palabras, aunque a veces puedan sentar como un golpe. Bueno, ya estoy rozando el limite impuesto y caen los últimos granos de arena en el reloj; he de parar aquí ; François Truffaut tuvo mas tiempo para sus "Cuatrocientos golpes". Muchas gracias, buenas noches y... buena suerte.
Texto: Román Martín Martín
Narración: La Voz Silenciosa
Narración: La Voz Silenciosa
Más relatos "Con un par de narices", aquí
Pues sí, un discurso con un par de narices. Muy bueno.
ResponderEliminarUn saludo.
GRANDE. Queda el deseo de haber seguido leyendo más de tan ingeniosos comentarios.
ResponderEliminarFelicidades por tu creatividad.
ResponderEliminarMagnifico discurso, no se podía empezar mejor. Felicitar a Román por esta disertación magistral sobre lo politicamente correcto y sobretodo por la fortuna de poseer un reloj de arena, que no atrasa ni adelanta;imagino que habrá empleado un metodo parecido para acertar con el recuento de palabras. Muy bueno felicidades.
ResponderEliminarMuy original, para mí, un canto a la sencillez de las cosas y de no disfrazar su verdadero nombre...
ResponderEliminarUn texto idóneo para la apertura a la publicación de los textos preseleccionados para esta convocatoria de NARICES.
ResponderEliminarSuerte a todos los ecritores
Divertido y ingenioso. Excelente comienzo de la convocatoria. Un abrazo y gracias a La Esfera Cultural por la nueva convocatoria.
ResponderEliminarBuen preámbulo que nos aclara el significado de la expresión.
ResponderEliminarDon Roman, no se si influido por un librito de Borges que he leído recientemente me ha parecido recordar algo de él en este relato. Se trata de "Siete noches" que son siete conferencias que dió el autor en Buenos Aires en 1977 sobre diversos temas (lo recomiendo a quien guste del autor de "Ficciones"). Y no lo digo solo porque todos los capitulos comiencen con "Señoras y Señores" -perdone por la broma- sino porque noto en este relatito algunos adjetivos que me suenan a él ("vastas" por ejemplo), o cierta forma de construir las frases, ó el citar el reloj de arena (tan grato a Borges). No se moleste el autor porque le diga esto. Que mas quisiera yo que algo que pudiese escribir recuerde a Borges. No se lo tome pues a mal, tómeselo como como un halago, don Roman.
ResponderEliminarGracias a todos los que habeis tenido la benevolencia de comentar mi "Discurso". A Cyrano decirle que la coincidencia con Borges es una de esas casualidades que se dan en el mundo de la literatura (y en otros mundos). Desconozco el texto de "Siete noches", entre otras cosas porque no he leido a Borges -con vergüenza lo digo-. Ha hecho usted que me interese por ese autor.
ResponderEliminarGracias a todos de nuevo.
Buen discurso Román. Creo que leeré los textos por orden de aparición y así no me dejaré ninguno por leer.
ResponderEliminarUn abrazo
Juegas irónicamente con el tema y extensión del concurso, pero vas más allá y el discurso del protagonista está muy bien argumentado y estructurado, haciendo aparecer al narrador en los puntos precisos. Un buen relato, sacas una sonrisa al lector. Suerte.
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