22 julio, 2012
Mariposas en el estómago
Vivía en la calle, no tenía nada, pero nunca olvidó regalar el vuelo de una mariposa a cada mujer que veía. “¡Mire, señora!”, decía mientras sus ojos simulaban seguir el movimiento del insecto y sus labios dibujaban una sonrisa sin dientes, “¡Mire, señora, qué mariposa tan linda!”
Murió algún tiempo después, negando que el hambre le doliese, sintiendo en el estómago el aleteo de cientos de mariposas que no habían existido nunca.
Texto: Luisa Hurtado González
Narración: La Voz Silenciosa
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Un texto precioso.
ResponderEliminarLas ilusiones pueden quitar incluso el hambre...
Felicidades Luisa
Besicos salados.
Gracias por la publicación. Qué rápidos. Muchas gracias
ResponderEliminarPrecioso texto Luísa, un personaje ejemplar, a pesar del hambre regalaba sonrisas. Es hermoso el retrato de haces de ese señor.
ResponderEliminarUn abrazo.
Seguramente era un poeta, un ser especial que muere negando el dolor del hambre... Solo un poeta podría imaginar mariposas con su hambre y regalarlas a las mujeres con una sonrisa, mientras el hambre le acosa hasta la muerte.
ResponderEliminarUna historia muy trágica aunque tenga mariposas.
Una auténtica preciosidad, Luisa. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Duele, a pesar de la hermosura del texto.
ResponderEliminarYo sí creo que tuviera mariposas en el estomaga, lo que pasa es que nadie las supo mirar con otros ojos. Si existen las mariposas del amor, ¿por qué no existen las mariposas del hambre?
ResponderEliminarMe ha gustado.
Qué hermoso texto, Luisa! Aunque duela, como dice Amando. Quizá en ese dolor esté la esencia de su hermosura.
ResponderEliminarNuria RG
Luisa, precioso texto que me ha recordado a la protagonista del libro "Desde donde estoy veo la luna".
ResponderEliminarMe gusta muchísimo el retrato que describes sin artificios.
Besos
Hoy te comento en esta casa, Luisa. Tremendo y exquisito a la vez! Yo también me animaría a pensar que era un poeta. Sabés lo releí por eso, me pareció leer esa palabra y no. Mirá lo que lográs con tu escritura. Sos genial, Luisa. Saludos admirados, como siempre!
ResponderEliminarHas elegido el camino de la belleza para reflejar una realidad horriblemente cruel
ResponderEliminarExtraordinario micro, Luisa!!!!
Un abrazo admirado
Las mariposas en el estómago es una metáfora llena de amor, extendida de boca en boca.
ResponderEliminarLa boca del protagonista, sin dientes, transmite ilusión, alegría de vivir,... aunque él no tenga ni para comer. ¡Qué triste y qué bello!
Un beso, Luisa.
Amparo M.A.
Bello, sensible.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Qué bello, Luisa y que triste también.
ResponderEliminarBesitos
¡Qué difícil es conseguir que la belleza brote en el dolor, Luisa, y qué bien lo haces!
ResponderEliminarUn abrazo,
Incluso en lo peor hay que buscar esas pequeñas felicidades. Me encantó.
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