25 agosto, 2012
3.10 minutos de encantamiento
Guau! Esas caderas me tienen loco. El vaiven de la seda de su falda me transporta por el arcoiris del deseo que nace entre mis piernas y trepa raudo por mi piel, destellando en mis pupilas para eclosionar en mi cerebro. Derecha izquierda, derecha izquierda, mis brazos la dirigen de delante atrás, de atrás adelante para que nuestras caderas converjan en el eje de nuestros cuerpos. El bamboleo de sus pechos y su melena marca el ritmo de esta pasión con acordes de Bossa. Sus labios entreabiertos son el imán perfecto para que mi boca juegue con su cuello, buscando la dulzura de su lengua. Solo quiero mantener su cintura entre mis manos para dar una pausa a tanto balanceo y que, por fin, nuestras miradas se encuentren y así perderme unos instantes en el azabache de sus iris. Cuando la orquesta acabe de tocar esta canción lo mejor será que nos demos la vuelta y guardemos este recuerdo anónimo para las noches del invierno que se avecina. Si alguno de los dos pronunciara una sola palabra, el hechizo se rompería y uno de los dos se convertiría en sapo.
Texto: Ana Crespo Tudela
Audio: La Voz Silenciosa
Inspirado por la canción Misread de Kings of Conveniencie
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Un encantamiento muy sensual, no hay dudas de que cualquier palabra tiraría por tierra ese momento mágico.
ResponderEliminarUn abrazo.
HD
Pura sensualidad sin palabras, lo que dura una canción, sin duda las palabras romperían el hechizo.
ResponderEliminarMe gusta esa sensualidad que relatas y sobre todo ese final de instante (la felicidad es eso, instantes), ese guardar para la noche de invierno que se avecina, aquí un gran enigma que el lector imagina.
ResponderEliminarBuena dosis de sensualidad, capturar el instante, dejar que los cuerpos hablen por nosotros para impedir que se rompa el hechizo.
ResponderEliminarDelicioso!!!
Por cierto, Ana, veo que eres una mujer de palabra. En su día dijiste que esta canción sería digna de un texto y has elaborado un texto más que digno de esta canción. Redondo.
ResponderEliminarEnhorabuena.
El lenguaje del cuerpo que a veces dice más que las palabras.
ResponderEliminarMe transporto a un momento vivido, gracias.
Un abrazo.
Uno de los textos con que más he disfrutado y creo que pocos han escuchado el audio.
ResponderEliminarEspero que lo hagáis. La música es verdaderamente pegadiza.
El ritmo se mete en el cuerpo y el texto mmmmmmmmmm
Un abrazo silencioso.
Si disfruté escribiendo el relato mientras la música invadía mis sentidos, leyendo vuestros comentarios en lugar de sapo, me convierto en princesa.
ResponderEliminarUna vez más, gracias a La Voz que le ha dado cuerpo.
Sencillamente maravilloso!
ResponderEliminarBuenísimo, Ana.
ResponderEliminarCuánta habilidad para la redacción, ¡fuerte el aplauso!
La ilustración es brillante, también, y acompaña de manera ideal al texto.
Saludos...