14 agosto, 2012
Claroscuros
En mi bloque se va la luz cada poco. Casi siempre de noche. Cuando ocurre salimos a la escalera, sorprendidos de nuevo, a quejarnos entre nosotros. Hablamos unos con otros, lamentándonos y criticando a la compañía que nos deja en tinieblas. Comentando sobre la incidencia parece que la espera se hace más llevadera. Siempre acabamos derivando en el resto de lo de vivir. Eso sí, conversamos a oscuras. Como mucho, tanteas con las manos a ver si tienes delante a Doña Lola o a Luisín. De esta forma, en realidad no sabes con quién discutes, y todos respondemos a todos según nos van interesando las diversas conversaciones. Y nunca aciertas a saber si te contestará el del cuarto o el de enfrente. Creándose así una cantidad de hilos dialogales que van y vienen del sexto al bajo que, si fueran reflectantes, harían que se viera perfectamente una maraña luminosa a la altura del tercero.
Antes permanecíamos allí hasta que volvía la claridad. Pero desde hace un tiempo, no. Ahora, antes de su restablecimiento, cada uno, como si tuviera mucha prisa, acaba metiéndose pronto en su piso. O en el que cree, a oscuras, que es su piso. Luego, cuando retorna, si te pilla en casa extraña, pides disculpas, como todos, y te vas discretamente a continuar con la vida alumbrada que te ha tocado. Los fallos eléctricos vienen sucediéndose últimamente con más frecuencia de lo habitual. Y duran más. Continuamos culpando a la hidroeléctrica por costumbre cuando salimos, pero ahora son más cortas las tertulias. Lo fundamental, eso sí, es no hablar, jamás, de dónde sorprendió a cada cual la llegada de luz las veces anteriores y, mucho menos, de lo que ocurrió en su ausencia.
Texto: Miguelángel Flores
Narración: La Voz Silenciosa
Más Historias de portería aquí.
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La mejor de las excusas para dar algo de variedad a la vida. Pactos tácitos. ¡La de cosas que se pueden hacer en la oscuridad!
ResponderEliminarMuy bueno
Y luego no hacen más que subirnos la luz...
ResponderEliminarDe todos modos qué afán tenemos los mayores de imitar a los niños; mira que pretender jugar a las tinieblas, con nuestros años.
Pues es una pena que ya no hablen, me gustaba mucho la imagen de todos hablando con todos, casi sin saber.
ResponderEliminarEn fin, un pena.
Buen micro
Un relato de los tuyos, imaginativo y sorprendente.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Miguel Ángel.
Besos del sur.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUps, creo que se fue la luz en mi anterior comentario, bueno... enhorabuena por esta simpática escena o escenas que dejas a nuestra imaginación y a oscuras.
ResponderEliminarPor cierto.creo que voy viendo algunos errores de puntos y aparte en los cuentos presentados, de saltos de líneas. Supongo que son fallos, pero en este caso todo entra en un párrafo, ¿era así el original?
Un saludo
Aprovecho el comentario de Rubén para hacer algunas precisiones.
ResponderEliminarEl comité editorial, está haciendo un trabajo lo más serio que puede respecto de este asunto. Habría que decir que se plantean un par de asuntos que son completamente ajenos a nuestra voluntad. Por un lado el formulario donde se insertan los textos que se envían, tiene algún problema con algunos de los comandos que utiliza el tratamiento de textos que la mayoría usamos, supongo.
Por otro lado, el diseño de entradas adoptada en el blog, está preparado para que cuando se supera un número determinado de líneas, automáticamente haya que pinchar un enlace que es el encargado de desplegar el resto del texto. Esta opción da homogeneidad al blog y permite mayor agilidad en su lectura. Precisamente creo que será este caso, Rubén, el que provoca la apariencia de punto y aparte, cuando en la mayoría de casos es una frase que continúa; pero, hasta donde me alcanza, esta apariencia sólo se ve en el blog, no en otro tipo de ediciones.
De todos modos, gracias por la advertencia, pues nuestro afán es procurar que la edición de los textos sea lo más cuidada posible, lo más respetuosa con las normas de la RAE y lo más respetuosa con el deseo de los autores. Procuramos siempre que se advierte corregir la errata, subsanar un leve desliz; pero es sabido que las erratas son una especie indestructible. Es una batalla que tenemos perdida de antemano, aunque procuramos que el número de ejemplares de esa especie tan dañina sea el mínimo posible.
:))
Armando, gracias por trabajar en un mejor resultado. No puedo opinar sobre dónde está el error, la pifia o cual es la mejor forma de presentar el texto a concurso para evitar esas dichosas erratas, pero, conociendo a algunos autores de historias de portería, me extrañaba que dejasen esos espacios y ese ritmo distorsionado en algunas narraciones.
ResponderEliminarEspero que encontréis la solución. Por ahora creo que lo mejor es que los autores revisen su texto en las entradas del blog y comuniquen qué está mal en él.
Un saludo y gracias otra vez por vuestro excelente trabajo.
Me encanta la historia Miguel Angel. ji,ji ...esas prisas por largarse cada uno "a lo suyo", o ...lo de "los otros"...según toque cada día ...¡es imaginativo! ¡es original! y sobre todo : muy divertido.
ResponderEliminarMe gusta tu claroscuro.
Un abrazo caluroso, mucho.
Ahora que ya voy gozando de buena cobertura, a veces, puedo entrar a comentar...
ResponderEliminar"continuar con la vida alumbrada que te ha tocado".
Me gusta esta salida ante el apagón, el relato deja un mensaje subliminal perfecto.
Besicos saldos Miguelángel
Miguelángel, una buena idea, divertida y sugerente.
ResponderEliminarMuy original. Me parece una aportación divertida y creativa.
ResponderEliminarRefleja una comunidad muy abierta, muy unida :)
Me gusta que todo gire alrededor de un apagón de luz. Hoy en día, nuestra vida se desarrolla en torno a la electricidad. Curioso contraste para desarrollar un micro.
Tienes mi voto, Miguelángel.
Un besooooo.
Amparo Martínez A.
Gracias a todos por comentar. Hay alguno vuestro que pude leer en la distancia, pero iré pasando a comentaros. Tengo que ponerme al día con todo...
ResponderEliminarAbrazos personalizados.
Por cierto, gracias de nuevo por ponerle voz al micro. Es una gozada escucharlo en La Voz Silenciosa.
ResponderEliminarAhora mismo lo comparto.