El eco del cristal quebró la lámpara. Un punzón se columpió entre las lágrimas y el silencio, negro y marmóreo, recorrió la pared. Como el cuadro,negro, rutilante, el piano, sin prejuicio,sin normas, tocó la melodía, sin ruido, sin público. Solo. La palabra voló y en la maceta, artificial, doliente, la codorniz, de rojo sangriento, mantuvo el eco de la lámpara, del cristal, de la pared. El público aplaudió. Tanto dolor, tanto delirio dentro y fuera, tanta palabra, tanto rojo. Una vez. Y otra. Y otra. Texto: Virginia Glez. Dorta + retos aquí |
26 octubre, 2012
Un reto (40) Virginia Glez. Dorta
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Y tras esta maestría hilvanando palabras, solo queda aplaudir...
ResponderEliminarBesos, Virgi.
Gracias, Eva, mira donde nos encontramos, tan lejos y tan cerca!
ResponderEliminarBesos
Me quedo con el eco de tus palabras y con la armonía de tus versos. Un fuerte abrazo, Virgi.
ResponderEliminarMagnifica aportación,Virgi
ResponderEliminarSe reconoce la maestría poética.
Besicos
Lindas sorpresas.
ResponderEliminarGracias, Tanci, Cabopá.
Besos a las dos.