—Estas otras son más corrientes, muy sabrosas, pero son los níscalos de siempre —me explicó.
Toda una ciencia conocer las
setas, todo un arte cocinarlas.
Salteada en mantequilla, apenas
un toque de sal. Se deshace en la boca, carnosa, fragante, suave. Una
delicatessen.
Solo ahora, después del postre, recuerdo
que la Naturaleza dota de los colores más vistosos a sus más mortíferas criaturas.
Texto y fotografía: Ana Joyanes
Narración: La Voz Silenciosa
Narración: La Voz Silenciosa
Un texto delicatessen, toda una desgustación su final mortífero. Escalofriante.
ResponderEliminarBesos, Dácil
Errata: degustación.
ResponderEliminarMás besos
Ay las apariencias. Texto fulminantes como la seta mortífera.
ResponderEliminarMagnífico micro.
Muchas gracias, Dácil y Amando.
ResponderEliminarUna delicia escribir para vosotros.
Un ejemplo de cómo hacer un buen microrrelato, con esa taurina estocada final , con muerte incluida.
ResponderEliminarPues cuando quieras cenar en casa me avisas. Tengo unos "sales" guardadas en un frasquito muy pequeño que ¡dan un saborrrrrr!
ResponderEliminar¡Guau...! Ya me extrañaba a mí un texto tan suave viniendo de ti, el final es más tu estilo. Muy buen micro, mi querida amiga.
ResponderEliminarEstes rojos son los únicos que encuentra mi marido...
ResponderEliminarExcelente, Ana, un micro bien cocinado.
Un abrazo fuerte.
Muy bueno Angeles.Realmente la naturaleza es engañosa, empezando por la del que ofrece el manjar. En estos casos a uno le gustaría tener un probador oficial.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Siempre he pensado que las setas venenosas son lo más parecido a un micro: de entrada parecen inofensivas y golpean con rapidez, cuando y como menos te lo esperas.
ResponderEliminarMuchas gracias por vuestros comentarios, Marcos, Guille, Ángeles, Catherine, Isabel. Vuestra opinión es muy importante para mí.
Querido Jose muchas gracias por poner tu Voz a esta pequeña historia, que se ha hecho mayor gracias a ti.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Y yo a ti. A todos vosotros. Que rodáis tan magníficamente bien en esta esfera.
ResponderEliminarMenos mal que a mi me gusta el blanco y negro.
ResponderEliminarMagnífico Ana, estupendo voz.
Nunca te fíes de las apariencias, por muy vivos que sean los colores. Yo me dejo llevar más por los aromas y el sabor. Así anda mi cintura un tanto desmesurada. Una delicatessen, Ana.
ResponderEliminarInma, Miguel Ángel: hay que ser precavidos, con los colores y, sobre todo, con los sabores, que luego pasa lo que pasa.
ResponderEliminarMuchas gracias a los dos y un par de besos.