Regresa a casa tarde y, con sigilo para no sobresaltar demasiado a su mujer, da las vueltas a la cerradura. Se encuentra con silencio, oscuridad y aparente tranquilidad. Pero al dar la luz del recibidor alguien le estaba esperando:
—¿Por qué has tenido que llegar tarde hoy? ¿Te has olvidado de que día es verdad?
—Amor, lo sient…
—¡Cállate, haz el favor! No puedo con tus excusas. No has contestado ni a las llamadas a tu móvil.
—Déjame que te expliq…
—¡No aguanto más! Hoy era nuestro aniversario y había preparado una cena especial.
—Sí, cariño, lo sé, ¿cómo voy a olvidarme?
—¡No te creo! Me voy a la cama, duerme en el sofá y mañana ya hablaremos.
Sin apenas mirarle, da media vuelta y de un portazo cierra la puerta del dormitorio.
—Si me dejaras te contaría que esta tarde cuando regresaba del vivero tuve un accidente de tráfico en la carretera N-340, a 5 kilómetros de aquí. Perdí el control y me caí por el terraplén... Vine a despedirme y darte mi último beso… Por cierto, tienes unas flores de regalo en el maletero del coche.
—¿Por qué has tenido que llegar tarde hoy? ¿Te has olvidado de que día es verdad?
—Amor, lo sient…
—¡Cállate, haz el favor! No puedo con tus excusas. No has contestado ni a las llamadas a tu móvil.
—Déjame que te expliq…
—¡No aguanto más! Hoy era nuestro aniversario y había preparado una cena especial.
—Sí, cariño, lo sé, ¿cómo voy a olvidarme?
—¡No te creo! Me voy a la cama, duerme en el sofá y mañana ya hablaremos.
Sin apenas mirarle, da media vuelta y de un portazo cierra la puerta del dormitorio.
—Si me dejaras te contaría que esta tarde cuando regresaba del vivero tuve un accidente de tráfico en la carretera N-340, a 5 kilómetros de aquí. Perdí el control y me caí por el terraplén... Vine a despedirme y darte mi último beso… Por cierto, tienes unas flores de regalo en el maletero del coche.
Texto: David Moreno Sanz
Narración: La Voz Silenciosa
Narración: La Voz Silenciosa
Estremecedor texto. La verdad es que, por desgracia, cuando uno es el supuesto 'ofendido' suele disparar antes de preguntar.
ResponderEliminarPor cierto, y según determina la cabecera, ha comenzado la época navideña
ResponderEliminarCuanto nos enseña este micro. Aprender a escuchar, tenemos dos oídos y una boca no os olvidéis para escuchar el doble de lo que hablamos.
ResponderEliminarTremendo relato, te deja ahí parado, con él, y la tristeza de darnos cuenta de cuántas veces hacemos lo mismo, no escuchamos.
ResponderEliminarMuy bueno David.
Un micro para leer y recordar, sin dudas...
ResponderEliminarUn abrazo.
HD
David, una escena muy típica, y tan peculiar y sorpresiva en tu relato. Una se queda descolocada al descubrir la intención de su llegada, el esfuerzo por darle su último beso...Resaltando la falta de comunicación, los enfados que nos impiden compartir tantas cosas bonitas...
ResponderEliminarMuy bueno, David.
Un abrazo, y Felices Fiestas.
Amparo Martínez Alonso
Es un relato lleno de emoción. Siempre juzgamos antes de escuchar al otro...aunque esta vez sea un espíritu que quiere despedirse...¡me gusta! tiene connotaciones becquerianas!
ResponderEliminarIntenso relato, David, que hace pensar en aprender a escuchar. Me ha encantado.
ResponderEliminarMuy bueno David, se evidencia la falta de carácter aún más allá de la muerte. Pobre tipo, ni muerto puede hacer callar a la bruja.
ResponderEliminarUn abrazo y muchas felicidades.
genial. tiene el sabor cinematográfico de la saga de "los otros" o sexto sentido". ágil y directo
ResponderEliminarES COMO UN CORTO, VES CLARAMENTE LAS IMÁGENES Y EL FINAL TE DEJA DE PIEDRA.
ResponderEliminarES LA INCOMPRESIÓN MÁS ALLÁ DE LA VIDA...SERÍA GRACIOSO SI NO FUERA TAN REAL COMO LA VIDA MISMA.
FELICIDADES DAVID
Muy buen relato David. Estremece y da que pensar. Felicidades
ResponderEliminarEsta voz me pierde...ya te lo decía en tu blog. David, es de esos micros realistas hasta la médula, ¡qué quieres que te diga!
ResponderEliminarEse último beso...me deja con las lágrimas por la pena que ella sentirá mañana. No escuchar siempre trae problemas.
Besos desde mis palabras.
Pobre, menuda decepción, saludos y felices fiestas.
ResponderEliminarExcelente relato, pinta de cuerpo entero a quienes no son capaces de escuchar al otro, de darle la oportunidad de justificar sus actitudes. Saludos.
ResponderEliminarGracias a todos por vuestros comentarios.
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin