29 diciembre, 2012
Ese miedo
La niebla cubría el espacio. Sus pasos en la gravilla desataban los gritos de los guijarros que, se esparcían por la vereda del parque.
No quería morir como las demás; le tenía cerca, resoplaba en su cuello el aliento de aquel monstruoso ser.
Pensó cómo moriría, sería por estrangulamiento, o cercenaría su cuello.
El olor a leña quemada de las chimeneas le confortó pensando que llegaría pronto a casa, entonces se concentró en esa idea, mientras exhalaba el vaho que se escapaba como un grito de terror.
En un intento de escapar de aquellas garras, giró rápidamente la esquina que la llevaría a buen recaudo; uno de sus tacones se clavó como una estaca, y tropezó cayendo al suelo, notó su presencia, no quiso mirar, se cubrió el rostro con sus manos temblorosas; y allí estaba junto a ella,-Señorita soy el sereno me preguntaba si se encuentra usted bien.
Texto: María Estévez
Narración: La Voz Silenciosa
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Guau... ¡qué bueno! Vaya alivio que se siente cuando en lugar del asesino aparece el sereno. Te felicito, me ha encantado. Un abrazo.
ResponderEliminarTe agradezco tu lectura y comentario.
ResponderEliminarUn abrazo
Maria Estevez
No debería fiarse. Todos sabemos que ya no hay serenos.
ResponderEliminarRitmo y tensión, buen texto. Un abrazo.
Gracias, Amando
ResponderEliminarUn abrazo
A veces estamos tan influidos por la literatura y el cine que tendemos a ponernos en lo peor... Aunque como dice mi tocayo si en mitad de la madrugada de niebla alguien me asegura que es el sereno, no sé yo, no sé yo...
ResponderEliminarMe gusta la tensión que consigues transmitir al lector en pocas líneas.
Gracias por tu comentario, Amando..
ResponderEliminarUn abrazote
Cuántos seres monstruosos llevamos dentro; sólo los enralamos (animamos) un poquito con nuestra imaginación y se vuelven terribles. Muy bueno, Aniagua, y gracias por no horrorizarnos finalmente.
ResponderEliminarLa oscuridad crea monstruos. Esta vez se salvó, mañana, ¿quién sabe? Tal vez el sereno decida que ya es hora de rebanarle el cuello...
ResponderEliminarTexto inquietante.
ResponderEliminarEs lo que tiene leer muchas novelas o ver muchas películas, que uno se vuelve "novelero" y "peliculero".
ResponderEliminarMarcos, Ana,Inma,Ángeles:Muchísimas graciass por sus comentarios
ResponderEliminarY gracias a esa bella voz silenciosa, por narrar el micro.
Maria Estevez