En el último carromato de la caravana viajan las noticias. No hay jerarquía entre ellas, el nacimiento de la primera hija de los Carranza no tiene por qué ser más importante que la cabra perdida del viejo Miller. La gente sabe que se nace para morir y que en un mundo finito lo perdido vuelve a encontrarse, así que ningún pueblo las recibe con el trato debido a un huésped de honor. Resentidas, se aíslan hasta acabar petrificándose. La cordillera, en proceso de cambio continuo por esta causa, obliga a la caravana a girar por senderos cada vez más peligrosos y murmura lo que a nadie interesa oír.
Tanto acopio de información a veces provoca explosiones, entonces las montañas develan a gritos aquello que las engendró. En momentos de crisis como ésos, la caravana se detiene y los pasajeros buscan refugio. Bajo los árboles están a salvo. Las hojas hacen de filtro protector quitando, de aquella furia que gravita sobre ellos, las palabras que causan daño.
Capeado el temporal, unas pocas frases quedan sueltas repitiéndose como un mantra. Provocan la ilusión de escuchar agua en movimiento, como un río que corriese encajonado entre una pared de cuarzo y otra de malaquita.
Texto: Patricia Nasello
Capeado el temporal, unas pocas frases quedan sueltas repitiéndose como un mantra. Provocan la ilusión de escuchar agua en movimiento, como un río que corriese encajonado entre una pared de cuarzo y otra de malaquita.
Texto: Patricia Nasello
Con un halo mágico como corresponde a la autora.
ResponderEliminarGracias, amigos de La Esfera Cultural, por el regalo de fin de año que es esta publicación.
ResponderEliminarFeliz 2013!!!
Gracias por tu precioso comentario, Cybr.
ResponderEliminarMaravilloso, Patricia.
ResponderEliminarUn enorme abrazo.
Suena a un pedazo de ese realismo mágico u onírico que tanto hizo avanzar a la literatura en español, gracias a la aportación sudamericana.
ResponderEliminarMe gusta el modo en que has personificado a la naturaleza.
Me has dejado impresionada, con esa manera de aunar la realidad a la naturaleza. Me ha gustado muchísimo, Patricia.
ResponderEliminarUn beso.
Guau! Qué imágenes: las montañas que develan gritos y murmuran.
ResponderEliminarEl último párrafo es para un cuadro.
Casi se siente el agua en movimiento.
Saludos admirados van!
Gracias Isolda por la recomendación en facebook...mereció la pena.
ResponderEliminarBesos para la autora y para la recomendadora.
Un lujo Patricia,toda una exquisitez!!!!
ResponderEliminarExquisito Patricia, nos has subido a esa caravana y nos hemos refugiado bajo los árboles.
ResponderEliminarManejas las palabras a tu antojo y las conviertes en magia. Enhorabuena.
Besos.
Texto metafórico que recorre, a modo de evolución geológica, el paisaje con sus fuerzas tectónicas y erosivas. Un hermoso texto que nos dejan petrificados.
ResponderEliminarExcelente. Enhorabuena!
ResponderEliminarLeer a Patricia es siempre un placer y este micro no hace más que refrendar esta afirmación.
ResponderEliminarMis aplausos para la autora, una de las grandes del género.
Sara, Armando, Isolda, Flamenco Rojo, Peregrino, Marcos, Ana y Pedro: por vuestra atenta lectura, por vuestros cuidados y generosos comentarios, mil gracias.
ResponderEliminarBuen texto, aunque yo me he quedado un poco confusa lo he tenido que leer un par de veces.
ResponderEliminar"Las montañas revelan a gritos aquello que las engendró", bella prosa, sin embargo, estoy con Inma en que sobre todo al principio me quedó algo confuso u también tuve que releerlo.
ResponderEliminarInma, Ángeles, antes que nada, agradezco la paciencia de vuestra relectura y la honestidad en vuestros comentarios. Relectura que quizá se impulsa buscando una "segunda historia", como decimos en Argentina. Y, claro, esa segunda historia no se encuentra. Este cuento sólo narra lo que dice: las peripecias de un pueblo que no comenta sus novedades, o que no se comunica en la medida de lo necesario, o que calla demasiados secretos.
ResponderEliminarFeliz 2013
Un fuerte abrazo para ambas