¿Qué hace ahí fuera Lucas arañando la ventana? –me pregunto, mientras observo cómo se tensan los músculos de su cara y sobresalen sus ojos proyectando una mirada de odio.
Me cuesta reconocer esa expresión de rencor en un niño de su edad, aunque ya sé que no es fácil aceptar que no tuviéramos suficiente dinero para subirnos todos en el submarino.
Texto: Marcos Alonso
Narración: La Voz Silenciosa
Me cuesta reconocer esa expresión de rencor en un niño de su edad, aunque ya sé que no es fácil aceptar que no tuviéramos suficiente dinero para subirnos todos en el submarino.
Texto: Marcos Alonso
Narración: La Voz Silenciosa
Ten hijos para esto, Marcos. Si es que se enfadan por cualquier cosa.
ResponderEliminarAdemás, con lo bien que le vendrá hacer un poco de ejercicio. Total.
Yo pienso que: Pobre Lucas!
ResponderEliminarMuy bueno
Abrazos
Maria Estevez
Corto pero muy conciso. Muy bueno.
ResponderEliminarCreí que lo había comentado. Me parece fantástico e el mejor sentido de la palabra. Muy bueno, querido Marcos. Mil besos.
ResponderEliminarTremendo, Marcos!!!
ResponderEliminarTanto si lo dejan fuera de una excursión submarina en uno de esos submarinos de juguete para turistas como si lo abandonan para huir de una amenaza nuclear, la situación es tremenda.
Me solidarizo con el chaval.
Me ha encantado
Tremendo, Marcos!!!
ResponderEliminarTanto si lo dejan fuera de una excursión submarina en uno de esos submarinos de juguete para turistas como si lo abandonan para huir de una amenaza nuclear, la situación es tremenda.
Me solidarizo con el chaval.
Me ha encantado
Duro y cortante, Marcos.
ResponderEliminarMe gustó.
Un abrazo.
Los niños, siempre rencorosos, siempre exigiendo una plaza entre los mayores. Me lo tengo merecido, debió pensar el propio Lucas, mientras veía volar el submarino tras el impacto del misil.
ResponderEliminarCada uno vemos las cosas de un modo diferente según el cristal con el que miremos. A veces es el mismo cristal; aunque no se vea de la misma manera por dentro que por fuera. Gracias y abrazos.
ResponderEliminarMagnífico texto. Nos hace pensar, Marcos. Consigues que nos preguntemos por qué el odio en un niño. Si existe es porque sabe de un culpable que le ha dejado fuera, mientras los demás sí están. Odio hacia aquel que lo margina de un grupo y hacia sus cómplices.
ResponderEliminarDios mío, Marcos, le estoy cogiendo miedo a tus textos, en las primeras líneas me empiezan a temblar las rodillas, jejeje...muy bueno
ResponderEliminarTodo en los niños es grande y verdadero.
ResponderEliminarFuerte muy fuerte, saludos.
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