Tagarotear:
- Escribir, hacer redacción y caligrafía con aire y soltura. Escribiente.
- Formar los caracteres y letras con garbo, aire y velocidad. Lo opuesto a garabatear.
Un tagarote es una especie de halcón pequeño que se criaba en el norte de África. De las evoluciones (movimientos en líneas curvas) de los tagarotes en el aire debió nacer la acepción tagarotear: hacer caligrafía.
Por la saña y rapacidad de los halcones se decía también que eran tagarotes los mozos, escribientes o hidalgos, que andaban siempre con el ánimo de comer lo que encontraran, como el Lazarillo de Tormes.
Frase: El escribano tagaroteaba lo que su jefe le dictaba sin levantar la vista
del papel.
Coordina: Inma Vinuesa
Mi padre se sentaba frente a cualquier papel y con paciencia y arte tagaroteaba bellas letras. Firmes, intensas, pero con curvas de mujer.
ResponderEliminarSiempre soñé tagarotear unas letras similares y lo llegué a conseguir, hasta que los ordenadores ahora lo vienen haciendo por mí.
Pero disfruto cuando en un libro taragoteo una dedicatoria.
Interesante palabra, no la conocía, creo que yo garabateo más que taragoteo. Ay, jaja.
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ResponderEliminarEs de esas palabras que los teclados se están encargando de hacer desaparecer. Cada vez se coge con menos frecuencia el lápiz y el papel, ya no digamos la pluma.
ResponderEliminarPor más que lo intentó, era incapaz de escribir la frase que expresara sus sentimientos. La papelera rebosaba frases taragoteadas que se habían roto por el salado de sus lágrimas derramadas
Efectivamente, Miguel Ángel tiene razón. Con los teclados lo del taragoteo va a ser como un arte, algo parecido a la caligrafía japonesa o china. Ellos sí taragotean con habilidad.
ResponderEliminarEn mi caso, yo ni siquiera garabateo. Creo que durante mi infancia fui de los mejores clientes de Rubio (cuadernos de caligrafía). A pesar de los múltiples intentos, nunca conseguí nada. Muy lejos queda mi vuelo del del tagarote
Mi madre me enseño a taragotear con un plumín que estaba adherido a un palo, yo un día leí en un cuento que se podia taragotear con una pluma de ave, y ni corta ni perezosa me fuí al gallinero y busqué entre el estiercol una pluma de gallina,una vez la hube limpiado la introduje en el tintero de tinta azul y empecé a taragotear sin parar, me sentía importante, era igual que aquel escritor que habiamos estudiado en el cole que se llamaba Miguel de Cervantes, que siempre taragoteaba con una pluma de ave y entre tanto taragoteo escrbio el QUIJOTE.
ResponderEliminarJamás habría deducido por mi cuenta el significado de esta palabra. Ahora, para fijarla, tagarotearé cien veces: no garabatearé.
ResponderEliminarFantástica, Inma!