No puede existir un cliché literario más explotado que la del viajero que mira por la ventana de un tren, la de esos paisajes que va dejando atrás, la de la meditación y el pensamiento del protagonista escapando o al encuentro de alguien o de algo. Son muchas las páginas que se han escrito detrás de las ventanillas de un tren.
Hoy les traigo el viaje de una pareja que ha filmado su recorrido, 7.500 km, desde la ventanilla del Transiberiano, un viaje que te lleva por China, Mongolia, Rusia y Moscú. Un vídeo que sin ser nada del otro mundo se ha convertido en todo un fenómeno en internet.
Espero no morir sin haber subido a ese ferrocarril y hacer ese pequeño paseo que atraviesa siete husos horarios distintos. El gran sueño del viajero, ambientado en las novelas de misterio de Agatha Christie y en películas de varias épocas.
Francisco Concepción
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Qué envidia!
ResponderEliminarYo tampoco quiero morir sin hacer un viaje así.
Ni yo, ya os lo dije. ¿Cómo era aquello? Un poco de pasta basta! Me temo que es más que un poco, pero quien quiere puede y soñar es gratis. Esféricos en el Transiberiano, Luego publicamos un libro, de acuerdo? Besos.
ResponderEliminarCreía que había más candidatos para este viaje cuando Isolda escribió este bello texto sobre los viajes en tren.
ResponderEliminarNo es que el viaje sea un cliché literario. Es que el viaje es la esencia de la literatura. Incluso el interior. Porque lo literario tiene que ver con salir de sí, con contemplar lo que sucede o ha sucedido (que es otra forma de viajar).
ResponderEliminarYa sabéis que no soy muy de viajar físicamente, pero a lo mejor si me hacéis un hueco lo podemos intentar.