Hoy estoy triste. Pero no es una tristeza que deja morir y hunde, sino una tristeza que tiene la absoluta certeza de que va a rendirse y que conoce lo superfluo de sus raíces.
No es una tristeza que estanca y roba la sangre, las fuerzas y la energía, sino una que guarda la calma e incita a buscar soluciones y que se deja apuñalar por el placer de los pequeños detalles.
Es una tristeza que no es vanidosa, que comprende que no es eterna y que no opone ninguna resistencia a lo que intenta hacer que se esfume. Es casi simpática, reflexiva, y se sabe mantener al margen cuando aparecen motivos para una sonrisa.
Texto: Carmen Medina Sarmiento
Narración: La Voz Silenciosa
Texto: Carmen Medina Sarmiento
Narración: La Voz Silenciosa
Que cálido microrrelato.
ResponderEliminarEsa tristeza es como un amig@ que queda en silencio, pero escucha
Abrazos
María Estévez.
Últimamente me siento muy parecido cada día, lo importante es que la sonrisa tiene su sendero para aparecer cuando corresponde.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho Carmen, es una tristeza amiga, compañera y a veces, necesaria.
ResponderEliminarEs una tristeza casi mágica, me encanta cómo nos has envuelto en ella y las palabras tan dulces para definirla. Uno se siente bien en ella.
ResponderEliminarUn beso, Carmen.
Muchas gracias a todos por sus comentarios, es mi primer relato publicado y me animáis a seguir.
ResponderEliminarQue bien me siento con ese sentimiento. Me resulta familiar.
ResponderEliminarMuy bonito Carmen. Sabes expresar muchas cosas con pocas palabras. Es algo envidiable, no todo el mundo sabe. Eres una crack sigue asi.
ResponderEliminarPercy
Así es mi tristeza también. Me siento tan comoda con ella, no molesta y creo que le tengo hasta cariño.
ResponderEliminarEnhorabuena,Carmen y a seguir.
Rechazo la tristeza. Es algo visceral. Sin embargo, estas tristezas se te pegan y, en cierto modo, son casi reconfortantes, más parecidas a la nostalgia, tal vez.
ResponderEliminarY la lectura de la Voz... ¿cómo no gozar de estas Tristezas?