26 abril, 2013

Tristezas


atardecer, tristeza, poniente
Hoy estoy triste. Pero no es una tristeza que deja morir y hunde, sino una tristeza que tiene la absoluta certeza de que va a rendirse y que conoce lo superfluo de sus raíces.
No es una tristeza que estanca y roba la sangre, las fuerzas y la energía, sino una que guarda la calma e incita a buscar soluciones y que se deja apuñalar por el placer de los pequeños detalles.
Es una tristeza que no es vanidosa, que comprende que no es eterna y que no opone ninguna resistencia a lo que intenta hacer que se esfume. Es casi simpática, reflexiva, y se sabe mantener al margen cuando aparecen motivos para una sonrisa.

Texto: Carmen Medina Sarmiento

Narración: La Voz Silenciosa

9 comentarios:

  1. Que cálido microrrelato.
    Esa tristeza es como un amig@ que queda en silencio, pero escucha
    Abrazos

    María Estévez.

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  2. Últimamente me siento muy parecido cada día, lo importante es que la sonrisa tiene su sendero para aparecer cuando corresponde.

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  3. Me ha gustado mucho Carmen, es una tristeza amiga, compañera y a veces, necesaria.

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  4. Es una tristeza casi mágica, me encanta cómo nos has envuelto en ella y las palabras tan dulces para definirla. Uno se siente bien en ella.
    Un beso, Carmen.

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  5. Carmen Medina Sarmiento26/4/13, 12:21

    Muchas gracias a todos por sus comentarios, es mi primer relato publicado y me animáis a seguir.

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  6. Que bien me siento con ese sentimiento. Me resulta familiar.

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  7. Muy bonito Carmen. Sabes expresar muchas cosas con pocas palabras. Es algo envidiable, no todo el mundo sabe. Eres una crack sigue asi.
    Percy

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  8. Verónica Tf28/4/13, 8:54

    Así es mi tristeza también. Me siento tan comoda con ella, no molesta y creo que le tengo hasta cariño.
    Enhorabuena,Carmen y a seguir.

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  9. Rechazo la tristeza. Es algo visceral. Sin embargo, estas tristezas se te pegan y, en cierto modo, son casi reconfortantes, más parecidas a la nostalgia, tal vez.
    Y la lectura de la Voz... ¿cómo no gozar de estas Tristezas?

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