Llego tarde. Hoy cubro el estreno de Puccini en el Real. Una acomodadora me acompaña hasta mi butaca. Buena fila y bien centrada. ¡Qué silencio! A mi izquierda, una localidad libre y, a mi derecha, un caballero. Huele a jazmines. Me da las buenas noches. Es mi primera ópera, le digo, a lo que me responde que la disfrute. Comienzan los primeros sonidos de la orquesta. Acerca sus labios a mi oído y, en voz muy baja, me pide que deje a mis sentidos empaparse de la música. ¡Qué buenas palabras para comenzar mi crónica!
Finaliza el primer acto. Estoy emocionada. “No ha sido más que el comienzo —continúa—. Ahora, consiente que la música te envuelva; déjate besar por las notas; permite que el calor y el amor te abracen; abandónate y siéntete acariciada por cada instrumento… Estás sola y desnuda, a punto de ser poseída”. Cierro los
ojos. Escucho…
Cuando llega el final me encuentro, con los ojos inundados de lágrimas, arrancando en una explosión de aplausos…
Encienden las luces y miro a mi improvisado maestro. Es un adonis. Lástima que deba enviar el texto a la redacción. N os despedimos. Salgo deprisa, intentando que no se diluya ninguna de las sensaciones que me impregnan. Al alcanzar la puerta, me giro para dedicarle un adiós rápido y entonces le veo desplegando su bastón blanco. Vuelvo sobre mis pasos y le ofrezco mi mano. Mira que soy tonta, si estoy temblando. La acepta con una sonrisa que le ha iluminado el rostro y con la que me ha terminado de cautivar. ¿El reportaje? ¿Quién puede pensar ahora en eso? Tengo los sentidos repletos de olores, sensaciones, música, calor, excitación e intuyo, por el modo en que me acaricia, que él también.
Texto: Towanda
Finaliza el primer acto. Estoy emocionada. “No ha sido más que el comienzo —continúa—. Ahora, consiente que la música te envuelva; déjate besar por las notas; permite que el calor y el amor te abracen; abandónate y siéntete acariciada por cada instrumento… Estás sola y desnuda, a punto de ser poseída”. Cierro los
ojos. Escucho…
Cuando llega el final me encuentro, con los ojos inundados de lágrimas, arrancando en una explosión de aplausos…
Encienden las luces y miro a mi improvisado maestro. Es un adonis. Lástima que deba enviar el texto a la redacción. N os despedimos. Salgo deprisa, intentando que no se diluya ninguna de las sensaciones que me impregnan. Al alcanzar la puerta, me giro para dedicarle un adiós rápido y entonces le veo desplegando su bastón blanco. Vuelvo sobre mis pasos y le ofrezco mi mano. Mira que soy tonta, si estoy temblando. La acepta con una sonrisa que le ha iluminado el rostro y con la que me ha terminado de cautivar. ¿El reportaje? ¿Quién puede pensar ahora en eso? Tengo los sentidos repletos de olores, sensaciones, música, calor, excitación e intuyo, por el modo en que me acaricia, que él también.
Texto: Towanda
Es maravilloso poder sentir todos esos sentimientos, ser consciente de ello.
ResponderEliminarMe gustó tu relato,
Abrazos
María Estévez
Estoy emocionada solo con tu relato. Es una sensación maravillosa la de sentir la música por los poros. Creo que te saldría un buen reportaje!
ResponderEliminarMuchos besos, Towanda!
Bellísimo, sensual, orgánico.
ResponderEliminar¿Qué tiene la buena música que es capaz de abrir el corazón hasta hacerle descubrir lo más desconocido, aquello que de otro modo pasaría desapercibido...?
ResponderEliminarNo sería igual, pero el resultado sería el mismo, si hablase de "La dama de las camelias".
Me ha encantado, a veces tengo la sensación que todo a nuestro alrededor son notas musicales y eso he percibido en tu texto, un saludo.
ResponderEliminartransmites muy bien el amor que sientes por la música con las palabras
ResponderEliminarAniagua, estoy contigo. La música, la buena música es capaz de eso y de mucho más.
ResponderEliminarIsolda, el reportaje no llegó nunca al periódico, pero mereció la pena.
Ana J, ¿hay algo más bonito que alguien con una voz maravillosa te describa algo con palabras? Bueno, sí, hay muchas cosas, pero ésta es una de ellas.
Amando, de acuerdo con lo que dices, sí señor.
Nuria, a mí me pasa lo mismo. La música me envuelve gran parte del tiempo.
Alejandro, me alegro de que percibieras ese amor.
¡¡¡Gracias!!!
Un abrazo muy grande para tod@s, ha sido un placer.
PD: Ayer por la noche escuché el texto en la súper voz de la Voz Silenciosa... Me emocioné.
No hay mejor manera de disfrutar que dejar libres todos los sentidos y las sensaciones, solo así podremos descubrir el placer real.
ResponderEliminarMe he sentido plena leyendo la entrada, has transmitido todas las sensaciones de manera que traspasaran la pantalla.
Besos plenos.
Excelente relato. Mi enhorabuena, Towanda.
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