Perdona
que sin haberte conocido me robaras el alma, no tuviste culpa, pero yo lo
deseaba. Fuiste Tú silencio, y mi alma, ronca al sentir tu alborada, dejará de
latir, como si tu aliento se me escapara.
Hiciste el menor de los casos a
mis noches sin luna, a mis desplantes rocosos de frugales chanzas, cuando tus
ojos deslumbraban al cronos y se fijaban en los míos, aunque solo fuera un
instante. Recuerdo el agarrado baile que nos marcamos aquella noche, tan lejana
ya en la memoria, tan perdida en el tiempo. Después, el vacío de un tiempo sin
saber nada y, por fin otra vez, otro baile. Recuerdo tu saliva golpeando mi
garganta, cuando en silencio te robé ese par de besos. Fue la última vez que
nos vimos, y la primera que te dediqué unos versos aunque no fueran míos.
“Que el
viento te lleve hacia tus sueños, tus sueños cúmplelos.
Que el viento
te lleve y que en las nubes, la tristeza tropiece al pasar”.
En la soledad de las velas,
cuando cojo pluma y papel para desglosar tabúes, surgen los pensamientos
tristes que me llevan siempre hacia donde tu aura es guía. Esos sentimientos
hacen que vuelva a dedicar mi delicada tristeza a plasmar recuerdos de dulce
amargura que me devuelven tu mirada de miel pura, y esos labios tuyos de boca
de fresa tan dulces y delicados que, por un instante, sí fueron míos.
Vuelvo a hilar frases y versos
dentro de mi cabeza, mas, aunque lo intente evitar, todos llevan a ti.
Texto: Gustavo García Pradillo
Narración: La Voz Silenciosa
Narración: La Voz Silenciosa
Desfilan los más bellos sentimientos en tu texto o carta...
ResponderEliminarFelicidades
Abrazo.
María Estévez.
A veces hay sentimientos que no pueden aparcarse, forman parte hasta de nuestra respiración.
ResponderEliminarMe parece muy romántico!!
ResponderEliminarBellísimo...
ResponderEliminarSaludos.
Nuria R
Gracias, me alegra que os guste. Armando gracias a ti también.
ResponderEliminarBello ciertamente y una narración espléndida.
ResponderEliminarFelicidades