Nicanor Parra |
Nicanor Parra es uno de los
grandes poetas de la historia literaria de Chile. Ha sido candidato al Premio
Nobel de Literatura en tres ocasiones, ganador del premio Cervantes, ganador del premio Juan Rulfo en México, Premio Nacional de Literatura en
Chile, Doctor Honoris Causa en varias universidades. Su trabajo poético ha sido
estudiado por numerosas universidades del mundo y ha sido traducido a diversos
idiomas.
Roberto Bolaño comentó sobre Nicanor Parra: “Parra ha
conseguido sobrevivir. No es gran cosa, pero algo es. No han podido con él ni
la izquierda chilena de convicciones profundamente derechistas ni la derecha
chilena neonazi y ahora desmemoriada. No han podido con él la izquierda
latinoamericana neostalinista ni la derecha latinoamericana ahora globalizada y
hasta hace poco cómplice silenciosa de la represión y el genocidio. No han
podido con él ni los mediocres profesores latinoamericanos que pululan por los
campus de las universidades norteamericanas ni los zombis que pasean por la
aldea de Santiago. Ni siquiera los seguidores de Parra han podido con Parra. Es
más, yo diría, llevado seguramente por el entusiasmo, que no sólo Parra, sino
también sus hermanos, con Violeta a la cabeza, y sus rabelesianos padres, han
llevado a la práctica una de las máximas ambiciones de la poesía de todos los
tiempos: joderle la paciencia al público”
Estudió ciencias físicas y
matemáticas en la Universidad de Santiago de Chile, y se graduó en 1938. Su
primer libro de versos; Cancionero sin nombre (1937), dejaba entrever huellas
de la poesía de García Lorca, aunque ya por entonces ensayaba su teoría de la
antipoesía.
En 1943 viaja a Estados Unidos a
estudiar mecánica avanzada al medio en la Brown University y en 1949 se
traslada a Inglaterra con la intención de estudiar en Oxford.
Su paso por Estados Unidos e Inglaterra, la
inmersión en la vida cotidiana de estas dos sociedades desarrolladas, y su
oposición a la poesía tradicional de Pablo Neruda, resultarían fundamentales en
la gestación de sus antipoemas.
En 1954 apareció su más
característico libro de poemas titulado: Poemas y antipoemas. Esta obra está compuesta
por tres partes: Cantos a lo humano, Poemas y Antipoemas.
Acá abandona la poesía hasta
entonces simbólica y desesperanzada por una más folclórica, irónica y vinculada
a la realidad. Este libro fue acogido como una obra revolucionaria en el ámbito
de la poesía hispanoamericana y chilena, que en esos años se encontraba dominada
por el tono solemne y grandilocuente de Pablo Neruda, sin embargo, el
coloquialismo del autor significó un profundo cambio e introdujo un modelo
alternativo, abierto a la ironía y el humor.
Sus versos utilizan un lenguaje
cotidiano, cargado de ironía y que deja de lado la métrica clásica de la poesía,
lo que supone una crítica importante al lenguaje lírico. La aventura del hombre
contemporáneo es vista con un cálido sentido vital y persuasivo humor, desde un
prisma pesimista.
Para apreciar la maestría de
Nicanor Parra, nada mejor que compartir uno de sus clásicos poemas.
El hombre imaginario
El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario
De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros
imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos
imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios
Todas las tardes tardes
imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle
imaginario
circundado de cerros imaginarios
Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario
Y en las noches de luna
imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario
Artículo: Natan Olivos
Natan muchas gracias por rescatarnos a Nicanor Parra.
ResponderEliminarEn mi ignorancia sobre la poesía, solo sé sobre aquella que me gusta o no me gusta, y no creo que "El hombre imaginario" sea de sus mejores poemas. Me parece que esa redundancia de "imaginario" es un poco cansina.
Lo que no cabe ninguna duda es que viene "al pelo" con el título de tu fantástica sección.
Gracias por ilustrarnos cada lunes.
Gracias, Natán por esta nota sobre uno de los grandes, que pocos conocen, pero que suena al oído sobre todo desde que ha recibido el Cervantes.
ResponderEliminarSin embargo su influjo en la poesía contemporánea es evidente. No sé si tanta como la de Vallejo, si de Latinoamerica hablamos-, pero desde luego, mucha.
Un hombre que ha sabido mantenerse erguido, a pesar del peso que supuso ser un "Parra", tanto en su país como en el resto de países hispanoparlantes.
ResponderEliminarAl menos le han dado el Cervantes
Un abrazo.
Esta vez voy a pasar, aunque tu reseña incite a ello. No estoy por iniciarme a la poesía. Tal vez de aquí en unos años, cuando el acoso y derribo hayan tenido su efecto.
ResponderEliminarEn todo caso, gracias por la reseña, Natan.