El Tribunal apreció cierta rigidez en su mirada. Como prueba del delito, ella. La misma que la acompañaba a sus reuniones y la hacía sentir única después de acariciar la luna.
Abrieron la ventana. Llovía. La bruja no pudo aguantar más el gesto y con una sonrisa rompió el orden de sus pecas. La echaron a volar pero la escoba cayó al suelo, igual que las mariposas cuando las mojas.
Texto: Érika González Leandro
Narración: La Voz Silenciosa
Qué texto tan hermoso, rebosa poesía. Imagino cómo se rompía el orden de sus pecas, sonriendo como la bruja.
ResponderEliminarMe ha encantado, Érika.
Un beso
Muy sugerente.
ResponderEliminarHola a todos, muchas gracias, que regalo más bonito ver mis pequeñas letras en un lugar tan querido para mí. Besos. :)
ResponderEliminarÉrika.
Es hermosísimo, aunque se rompan los sueños.
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