Las vivencias que me permitieron ser
escritor
y contador de entrañas y vísceras.
“Jeringillas en los retretes”
Los rezos de la famila funcionaron
Atrás dejé una muerte muy viva.
“Putas apalizadas”
Este vaso de ginebra necesita algo más,
El decorado y los actores.
Necesito el roce y el sabor de la
perdición,
las lágrimas y el fracaso.
El vértigo de huir del éxito
mentiroso.
“Nadie se hace feliz a fuerza de
trabajar”
Añoro el placer de cerrar los bares
Encontrarte cada noche con los
desterrados
Echar cada día más leña al fuego
Quemando el mañana por el ahora.
“Atrás donde era fugitivo de la sociedad”
Ver amanacer otro día más. Que te
atropellara el alba
y tropezar con zombies de vida ordenada
que te miran con desprecio camino a su monótono trabajo
con el único objetivo: la jubilación.
“Próxima parada la muerte”
Me gritaban que estaba perdido
pero yo me guiaba por las estrellas
Ya no tengo ni veo estrellas
Las estrellas no salen por el día.
La aventura se esconde al amanecer.
“Los psiquiatras hacen su Agosto en
Diciembre”
Cuando la muerte venga a buscarme
que me lleven a las noches donde viví,
De donde me sacaron
para que viviera con respiración asistida
en una existencia poco novelable.
“Sexo seguro con preservativo”
Navego de día por este vaso de ginebra
en una travesía sin riesgo
sin que mi piel se roce y sangre
sin que mi interior se parta en
astillas cortantes
¿Así de que puedo escribir?
“Morir en una esquina abandonado”
Texto: Francisco Concepción
@franCoescribe
Texto existencialista, tremendamente emotivo, aunque no lo parezca...
ResponderEliminarUn abrazo, escritor.
María Estévez.
Horacio -el moderno poeta de la antigua Roma- consiguió llevar a la posteridad al filósofo Epicuro, con sólo dos poemas. El ser humano sigue debatiéndose entre ambas opciones, aunque nos creamos muy modernos.
ResponderEliminarMe explico:
Uno de tales poemas defendía tomar la vida como viene y deprisa, pues es muy breve: el famoso "Carpe diem". Esta es la opción que nos planteas en un tono como bien apunta Aniagua existencialista, emotivo y un poco drástico.
Yo sin embargo me apunto al otro tipo de vida ensalzado por Epicuro y que Horacio concretó en su "Beatus Ille (o sea bendito aquel... -no menos famoso-) que Fray Luis de León, por ejemplo interpretó así:
"¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado!
No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.
(...)"
(Fragmento de la Oda I de Fray Luis de León.)
Creo que me daré a la bebida...
ResponderEliminar¿La bebida como paliativo?pero la ginebra... hay vinos estupendos.
ResponderEliminarEn serio, Francisco, creo que hablas del poeta maldito, Amando nos enseña las dos vías del epicurismo. Quizás todo eso sea algo que sigue o que cambia según las epocas de la vida.
Enhorabuena por este poema fuerte, violento, existencialista y conmovedor.
Ana te acompaño con unos gin tonic.
ResponderEliminarTremendo.
"Próxima parada la muerte"... me encanta la contundencia de esta sencilla expresión. Saludos.
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